Proyecto ecuatoriano ganó el segundo lugar en concurso urbanístico organizado por la CAF

Fotos premiación  de concurso de Urbanismo realizado por el CAF. Foto: Evelyn Jácome / EL COMERCIO

Fotos premiación de concurso de Urbanismo realizado por el CAF. Foto: Evelyn Jácome / EL COMERCIO

Fotos premiación de concurso de Urbanismo realizado por el CAF. Foto: Evelyn Jácome / EL COMERCIO

Un equipo de arquitectos y urbanistas ecuatorianos fue uno de los ganadores del Concurso de Desarrollo Urbano e Inclusión Social organizado por la CAF. La mañana de hoy, martes 25 de septiembre del 2018, se realizó la premiación.

Se presentaron 238 de 14 países miembros de CAF. El primer lugar del concurso se lo llevó “Urban 95- Lima Norte”, de Perú. El segundo lugar lo obtuvo el proyecto “Quito Seguro. Barrios resilientes como estrategia de desarrollo sostenible para ciudades latinoamericanas”, de Ecuador. Y el tercer lugar fue para la “Plataforma de gestión territorial La Silsa”, de Venezuela.

CAF banco de desarrollo de América Latina, a través de la iniciativa del programa Ciudades con Futuro, creó este concurso que en su quinta edición buscó premiar propuestas en ciudades latinoamericanas que propongan una mejora integral del hábitat en comunidades.

El proyecto ecuatoriano fue presentado por URLO Studio y el arquitecto Diego Salazar. La propuesta plantea intervenir La Roldós, un populoso barrio del norte de Quito, donde entre el 60% y el 80% de las viviendas son informales. Se barajaron opciones para que esta zona pueda sobrellevar un movimiento sísmico y se presentó el espacio público como un lugar seguro en situación de emergencia, pero también un espacio de gran calidad para lo cotidiano.

En la premiación, Bernardo Requena, director representante de la CAF en Ecuador, hizo referencia a que hoy, el 85% de la gente de América Latina vive en ciudades lo que tiene aspectos negativos y positivos. Entre los positivos es que la ciudad es fuente de innovación y crecimiento económico. Sin embargo, uno de los inconvenientes es que la gente llega demasiado rápido a las ciudades y al aglomerarse, la urbe no puede responder a ese mismo ritmo por lo que se comienzan a generar problemas.

Hace dos años un escudo de CAE reveló que a la gente toma al menos 40 minutos en ir de la casa al trabajo, lo que representa una pérdida de productividad. Para tratar de hallar alternativas se creó el programa Ciudades con futuro, con lo que se busca ideas para trabajar en América Latina. En ese contexto se inserta el proyecto ganador.

Diego Salazar explicó que el proyecto busca no solo que La Roldós, sino que la ciudad, empiece a trabajar en temas de prevención en cuanto a movimientos sísmicos.

El equipo ganador está conformado por arquitectos, planificadores y urbanistas lo que permite tener un enfoque multidisciplinario en el que la participación ciudadana es clave.

Natalia Hidalgo, de URLO Estudio, explicó que en Quito el 60% de las viviendas son informales. En esas condiciones vive 1,4 millones de personas. En la Roldós, las casas no siguen los códigos de construcción y están en riesgo de caer.

Para llevar a cabo el proyecto, se analizaron a los actores, las vías principales, los equipamientos, los servicios, entre otros. La propuesta busca implementar un plan de gestión de riesgos que salve vidas y que actúe como un catalizador de las mejoras urbanas y sociales.

El espacio público debe ser el eje articulador, señala. Se plantea un replanteamiento de estructuras, de vías de evacuación y de puntos de encuentros.

Para ello es necesaria una revisión y clasificación de los edificios. Se debe analizar si la estructura está buena, si necesita reforzarse o derrocarse y ser reconstruida.

El proyecto plantea también una forma de financiamiento que contempla, en promedio, unos USD 8 000 para reforzar la estructura, pero ese monto puede variar dependiendo del caso. La propuesta es que el dueño asuma el 75% de ese valor y el resto sea financiado con el Gobierno Central y sus bonos para mejoramiento de vivienda.

Los gobiernos locales también pueden colaborar con la reducción del valor del impuesto predial por los próximos 5 años a quienes intervengan en sus casas y las vuelvan lugares seguros para vivir.

Además plantean regeneración vial y rutas de evacuación, que se expandan las veredas con arbolado y que las vías secundarias se peatonalicen, lo que, además de generar una red vial consolidada, brinda beneficios en cuestión de gestión de riesgos y dinamizará la economía.

El proyecto contempla, asimismo, aprovechar los equipamientos públicos donde el barrio pueda reunirse luego de un movimiento telúrico.

Diego Puente, director de proyectos urbanos del grupo ganador, considera que es un proyecto viable que puede ser replicado en otros lugares de la ciudad.

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