En seis provincias de la Sierra faltan alimentos, agua y combustibles

Los puestos de venta de productos cárnicos en San Alfonso están vacíos. El Camal Municipal está cerrado. Foto: Cristina Márquez / EL COMERCIO

Los puestos de venta de productos cárnicos en San Alfonso están vacíos. El Camal Municipal está cerrado. Foto: Cristina Márquez / EL COMERCIO

Los ambateños cargan agua en canecas, porque las plantas de tratamiento están en manos de los indígenas. Foto: Cortesía

Los vehículos que transportan alimentos por las carreteras del país han sido bloqueados y, en algunos casos, agredidos por grupos de manifestantes.

La situación dificulta el abastecimiento de productos, en especial en Carchi, Imbabura, Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo y Azuay, donde escasean insumos básicos.

La Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas advirtió ayer, viernes 11 de octubre del 2019, que el bloqueo de las vías “ha afectado la seguridad alimentaria” del país. El gremio pidió al Gobierno y a los manifestantes que lleguen pronto a acuerdos.

El sector lácteo es uno de los más sensibles. Los productores y la industria láctea acumularon hasta ayer USD 3,6 millones en pérdidas debido a las dificultades para acopiar, procesar y distribuir 5 millones de litros de leche diarios. La situación, además, genera desperdicios del producto y, con ello, un problema ambiental.

Los bloqueos también han impedido el ingreso de productos de la Sierra al Litoral. En los mercados de Transferencias de Montebello y de San Jacinto de Guayaquil se observó la falta de legumbres y hortalizas. Byron Herrera, jefe de Mercados del Municipio de esa localidad, espera que se normalice pronto el tránsito de los autos para abastecer a los 42 mercados de la ciudad.

Hay cinco puentes aéreos habilitados por el Gobierno para abastecer de alimentos y productos de primera necesidad a Cuenca, Quito, Guayaquil, Latacunga y Manta.

La Unión de Productores de Huevos del país se declaró en emergencia. Insumos como soya y maíz de la Costa no llega a las granjas y las aves no reciben el alimento diario. “Va a haber una tasa de mortalidad alta de las aves”, advirtió Marisol Molina, directora del gremio.

El desabastecimiento de combustibles afecta a Carchi, Ibarra y Azuay. Autotanques salieron ayer por Esmeraldas para intentar llevar estos insumos al norte del país.

Las floricultoras siguen en emergencia y hasta ayer tenían USD 34 millones en pérdida porque manifestantes impiden a los trabajadores laborar.

Otro sector sensible es el petrolero, que hasta ayer dejó de percibir USD 47,39 millones, por los 877 678 barriles que no se han podido bombear de 10 bloques. El oleoducto estatal sigue paralizado.


Ambato necesita agua, legumbres, carne y gas

El bloqueo de las vías de ingreso y salida de Ambato impide la llegada de alimentos a las plazas, mercados y supermercados.

Productos como el pollo, leche, agua, carne, legumbres, hortalizas y frutas comenzaron a escasear en los centros de abasto. Pero, además, algunos barrios continúan sin el servicio de agua potable. Un grupo de indígenas tiene en su poder las plantas de tratamiento de Tilulún y de Panimboza.

Las 16 plazas y mercados de Ambato fueron cerrados por seguridad. Según Bolívar Martínez, director de Servicios Públicos Municipales, al momento en esos centros de expendio solo hay abastecimiento de productos para dos días.

En los alrededores del mercado Modelo, en el centro de Ambato, un grupo de comerciantes vendió ayer mora, lechuga, ajo, plátano y remolacha. “Son pocos los productos que logramos ingresar, porque no nos dejan (los manifestantes) traer productos”, cuenta el comerciante Luis Pérez.

Esa situación desespera a los habitantes. Gustavo García, vecino de la Medalla Milagrosa, buscó zanahoria, papas y legumbres, pero no hubo, y además todo estaba cerrado.

Uno de los supermercados que abrió una de sus puertas para vender productos fue Mi Caserita. La gente se abastecía con agua, arroz y harina. Verónica Teneda, administradora del local de la avenida Cevallos y Tomás Sevilla, comenta que sacaron los productos de sus bodegas, pero se agotan. En los últimos dos días ha sido difícil traer productos, especialmente carne y pollo; tampoco hay leche ni agua embotellada.

Hasta este sitio llegó Héctor Pomaquiza para comprar líquidos y abastecer su tienda ubicada en la zona norte. Dice que no hay productos y eso preocupa porque no tiene qué vender. La leche, el queso y los huevos se terminaron.

También necesita gas de uso doméstico, que empezó a escasear. El sábado anterior llegó el último cargamento, que se comercializó el domingo y el lunes. La urbe necesita de al menos 8 500 cilindros diarios.

En las estaciones de venta de combustible hay abastecimiento, pero las ventas bajaron en más del 97%, por el cierre de las calles.

En la estación Alonso Gavilánez, en el norte de la urbe, tienen combustible. Hugo Gavilánez, administrador encargado, explica que cuentan con más de 1 000 galones de diésel, 1 500 de súper y 2 000 de extra.

Una situación parecida se atraviesa en los cantones vecinos de Pelileo, Patate, Píllaro, Cevallos, Mocha, Tisaleo y Quero. En cambio, Baños no está bloqueada y está abastecida.

Escasez de vegetales y combustible desespera

Los comerciantes de San Alfonso, uno de los nueve mercados públicos de Riobamba, acudieron a sus puestos solo para evitar los robos de estanterías y de los pocos productos que aún tienen y venden discretamente.

Un grupo de militantes del Movimiento Indígena hace guardia y recorre constantemente el mercado para evitar el intercambio comercial.

El panorama es similar en los demás mercados y en pocas tiendas, que funcionan entreabiertas y se venden productos a precios altos. En la urbe hay escasez de vegetales, frutas y cárnicos, entre tanto decenas de familias recorren las calles a pie en busca de los alimentos para abastecerse.

Los puestos de venta de productos cárnicos en San Alfonso están vacíos. El Camal Municipal está cerrado. Foto: Cristina Márquez / EL COMERCIO

Otros establecimientos y centros comerciales, situados lejos del centro de la ciudad, donde están concentrados los manifestantes, están abiertos pero no disponen de productos lácteos ni cárnicos. En algunos sitios se comercializan pollos hasta por USD 16, cuando el precio habitual variaba entre USD 7 y 8.

“Los carros que nos traen leche dejaron de llegar el jueves 3 de octubre. Todo lo que teníamos almacenado se terminó entre el sábado y el domingo y ahora no se puede conseguir leche en ningún lado y eso es lo que más buscan las familias, especialmente las que tienen niños pequeños”, dice Mercedes Pardo, dueña de una tienda.

Los ganaderos están preocupados por las pérdidas. “Hemos tenido que botar la leche a los potreros. Apenas empezábamos a recuperarnos después de los bajos precios por el consumo de suero y otra vez tenemos afectaciones serias”, manifiesta Alfonso Falconí, ganadero de Chimborazo.

Según él, ese sector es uno de los que más pérdidas ha reportado desde el inicio de la paralización debido a que el producto no puede almacenarse.

Los principales mercados para los 450 000 litros de leche que se producen cada día en la provincia están en la Costa, también los adquieren fábricas de quesos y yogur. Pero en Chimborazo las vías estatales E35 y E487 que conectan la provincia con Tungurahua, Guayas y Azuay, donde están las empresas lecheras, están cerradas por los manifestantes.

La falta de combustibles y gas desespera a la gente. Muchas gasolineras están cerradas y en el último reporte de la Secretaría de Gestión de Riesgos se informó que el abastecimiento en las 53 estaciones de servicio era apenas del 37%.

En los centros de distribución ya no hay gas debido a la falta de seguridades para transportarlo desde San Juan, donde se realiza el envasado y se distribuye a la Sierra centro.

Mercados, cerrados y faltan los productos

La escasez de gas de uso doméstico, la falta de alimentos en las plazas y mercados y el bloqueo de vías se mantienen en los siete cantones de Cotopaxi.

Los centros de expendio en esas jurisdicciones permanecen cerrados, porque la presión de los indígenas, que participan en la movilización. En Latacunga, los comerciantes vendieron los pocos productos en las calles y alrededores.

Willian Caiza, vecina de la Plaza El Santo, dice que grupos de campesinos e indígenas obligaron a cerrar las puertas de los negocios e impidieron que la feria -que se realiza cada sábado- se realice.

La situación que afronta la ciudad es difícil, puesto que no hay legumbres, hortalizas, carne y lácteos. Hay desesperación porque la gente no puede encontrar gas.

Las calles de la ciudad están desoladas, pocas personas caminan y lo mismo ocurre con el tránsito vehicular por la falta de combustible. Hay pocas estaciones de servicio que están abiertas, y algunas solo venden gasolina súper y otras solamente extra.

Los representantes de los gremios avícolas, lecheros y floricultores, a través del Centro Agrícola Cantonal, solicitaron a los indígenas y campesinos que se les permita trabajar, pero no hubo respuesta.

José Baño, presidente del Centro Agrícola, indica que por la falta de comercialización de los productos se botan a la basura cerca de 480 000 litros de leche diarios. “Solicitamos el paso de los vehículos que recolectan el producto y que se abra un corredor para sacar los productos. Estimamos que más de 300 000 personas viven de esta actividad agropecuaria”.

Otro de los sectores afectados es el avicultor. El dirigente Danilo Culqui informa que ya no cuentan con alimentos balanceados para las aves y no pueden sacar sus productos para la distribución en el centro del país.

El gas de uso doméstico es otro producto que comenzó a escasear en las distribuidoras. La ciudad requiere de 6 000 cilindros de gas por día.

El gobernador de Cotopaxi, Jorge Miño, detalla en un comunicado que al momento hay gas de uso doméstico en la envasadora, sin embargo, no puede ser distribuido por el bloqueo de las carreteras.

Ante esa difícil situación se activó el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) de la provincia y de los cantones para que se haga una evaluación de la situación actual de la provincia. Además, se solicita que se incremente el número de miembros policiales y del Ejército en cada uno de los cantones.

Manifestantes impiden ingreso de productos a Azuay y Cañar

Pese a los pedidos de las autoridades municipales y universitarias de Azuay y Cañar, los líderes sociales e indígenas no aceptan dar una tregua o crear un cordón humanitario para abastecer de gas, alimentos y combustibles al Austro.

Las vías que comunican Azuay con la Sierra centro, Guayas, El Oro, Loja y Morona Santiago están cerradas desde el pasado 5 de este mes. Esto ocurre también en Cañar. Hay varios bloqueos con barricadas y manifestantes, por lo que productos escasean en los mercados.

Personas en Cuenca hacen largas filas para intentar conseguir gas de uso doméstico. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO

En la Feria Libre de El Arenal, en la capital azuaya, no hay mariscos, plátanos ni frutas que se producen en la Costa. Este centro de abastos aprovisiona de alimentos al resto de mercados de la urbe. Además, hay precios que han subido. Por ejemplo, antes se vendían cinco manzanas por un dólar y ahora son cuatro.

En los mercados cuencanos, cada día menos vendedores abren sus puestos porque ya no les queda casi nada, dijo preocupado Hugo Rosales.

Él es un agricultor que tiene una huerta de hortalizas en la parroquia cuencana de San Joaquín y labora en la Feria Libre de El Arenal.

Otro problema es el desabastecimiento de gas de uso doméstico. Los 190 depósitos, que funcionan en la provincia de Azuay, no cuentan con el derivado. Entre todos esos establecimientos venden alrededor de 16 000 cilindros de 15 kilogramos cada día, pero desde el domingo pasado empezó la escasez. En estos negocios hay letreros que informan que “no hay gas disponible”.

Ayer, las Fuerzas Armadas, la Policía y la Gobernación intentaron despejar la vía Cuenca-Girón-Pasaje, que une Azuay con El Oro, para permitir el paso de los camiones que transportan medicinas, alimentos y gas, pero los manifestantes lo impidieron.

Luego, los uniformados intentaron avanzar por una vía alterna de la parroquia cuencana de Turi, pero tampoco lo consiguieron. El alcalde de Cuenca, Pedro Palacios, y los rectores de las universidades del Azuay, Politécnica Salesiana, Cuenca y Católica propusieron crear un cordón humanitario con la Cruz Roja. Su intención es que se permita el paso de más de 700 camiones que transportan alimentos, medicinas y gas y que están en las vías bloqueadas. Pero no hay una respuesta positiva.

Los tanqueros de las fábricas de lácteos tampoco están recolectando la leche con normalidad de los pequeños productores, para su procesamiento.

Entre el lunes y ayer, las Fuerzas Armadas realizaron cinco vuelos hacia Cuenca con víveres y medicinas, para contrarrestar el desabastecimiento de los cadenas grandes de supermercados. Cada avión trajo entre nueve y 12 toneladas de productos y regresó casi con la misma cantidad de otros alimentos que se producen en el sur del país como arroz, azúcar y cárnicos, para Quito y Guayaquil.

Esta acción forma parte del ‘puente aéreo’ establecido por el Gobierno para enfrentar el bloqueo de vías.

El jueves pasado, el ministro de Producción, Iván Ontaneda, dijo que están coordinando para que estos alimentos también lleguen a los mercados públicos de la región.

Ayer, el prefecto de Cañar, Byron Pacheco, también habló con los dirigentes de la Unión Provincial de Comunidades y Comunas de Cañar sobre este mismo tema. “Estamos con los indígenas y en contra de las medidas económicas, pero solo pedimos una tregua”, dijo Pacheco.

El Prefecto de Cañar aseguró que en Azogues, que es la capital provincial, ya no hay gas y por el desabastecimiento, los alimentos que quedan triplicaron su precio con relación a lo que costaba ante de la paralización.

En Loja, en cambio, la tranquilidad volvió hace dos días.

La única vía interrumpida -por parte de los indígenas saraguros- es la que conecta con Azuay. Los productos llegan con normalidad por las vías de la Costa (El Oro) y Amazonía (Zamora Chinchipe), donde no hay bloqueos.

Pero las amas de casa se quejan por la falta de control en los precios. Por ejemplo, la libra de arveja o fréjol tierno que costaba USD 1, ayer se comercializaba entre USD 2,50 y 3. La libra de quesillo también pasó de USD 1,50 a 3. 

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