Tegucigalpa y Santiago de Chile. AFP, Reuters, ANSA
El Gobierno de facto hondureño de Roberto Micheletti extremó la represión policial y judicial contra los seguidores del depuesto presidente Manuel Zelaya. Estos intensificaron las protestas para restituirlo.
Coreando consignas como “Fuera Micheletti”, miles de manifestantes del Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe volvieron a las calles ayer, pese a los encontronazos que tuvieron durante esta semana con policías y militares.
Las principales víctimas de los enfrentamientos han sido los negocios de comidas rápidas, propiedad de hondureños con franquicias compradas en Estados Unidos, pero criticados por estar exonerados de impuestos con el argumento del apoyo al turismo.
Policías y decenas de manifestantes han sido golpeados. El diputado del partido de izquierda Unificación Democrática, Marvin Ponce, fue hospitalizado.
En cadena nacional de radio y TV, Micheletti tildó de ‘terrorista’ la acción de los zelayistas que, a su juicio, “se proponen interrumpir el proceso electoral” que concluirá el 29 de noviembre. En alusión al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que apoya a Zelaya, denunció que su Régimen ha detectado un “flujo masivo de dinero desde el extranjero para movilizar a la oposición”.
La Policía dijo que detuvo a 27 personas en las manifestaciones y a 95 (con bombas molotov) en la Universidad Pedagógica Nacional, donde pernoctan los manifestantes llegados del interior.
Mientras tanto, ayer en Santiago, Zelaya agradeció el apoyo de Chile. Ante una estatua de Salvador Allende saludó a decenas de partidarios. Zelaya fue recibido ayer por la mandataria
Michelle Bachelet, quien comprometió su respaldo a todas las acciones impulsadas por su par costarricense, Óscar Arias, y la OEA para que recupere el cargo.
De otro lado, Micheletti, dijo que el secretario de la OEA, Miguel Insulza, no es bienvenido en Honduras porque nadie lo invitó.