Con ProSalud se busca aliviar líos del IESS

El odontólogo Gabriel Pástor atiende a pacientes en el Hospital del Día de Chimbacalle. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

El odontólogo Gabriel Pástor atiende a pacientes en el Hospital del Día de Chimbacalle. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

El odontólogo Gabriel Pástor atiende a pacientes en el Hospital del Día de Chimbacalle. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

En estos días los esposos Lorena y Raúl, afiliados al Seguro Social, recibirán una llamada en la que esperan saber fecha y hora para una quimioterapia. También, les dirán si hay o no medicamentos para el tratamiento. De no haber, deberán comprarlos.

Durante este año, la falta de medicinas ha sido recurrente en hospitales como el Carlos Andrade Marín (HCAM), del Seguro Social. Pacientes con VIH, oncológicos y trasplantados han evidenciado su preocupación frente a la escasez.

Desde enero, por ejemplo, Raúl, de 35 años, acude a esta unidad médica para cumplir con las sesiones de ‘quimio’.

El tratamiento le ayuda a combatir el cáncer de colon, diagnosticado en el 2018.

Para Lorena, de 39, el camino no ha sido fácil, ya que desde la primera cita “no hubo un fármaco llamado irinotecán. Era uno de los más caros”. Sin opciones, la afiliada salió a buscarlo. Lo encontró a un precio que superaba los USD 150, por cada ampolla.

En esa fecha -recuerda- pensó que la falta de ese medicamento era una casualidad. Pero el problema se ha mantenido. En la última ‘quimio’ no hubo otra fórmula, por lo que tuvo que comprar el producto en una farmacia. Gastó USD 300.

“Cada mes nos descuentan un valor así como aporte (del sueldo mensual como trabajadores) y no explican por qué hacen falta esas medicinas”.

Las autoridades no han negado este problema. Hasta ayer 20 de noviembre del 2019, el abastecimiento alcanzó el 89,5% en el HCAM. En este grupo constan fórmulas del Cuadro Nacional de Medicamentos. El resto (10,5%) llegará en los próximos días o la compra ya se encuentra gestionada, señaló Mónica Cárdenas, encargada de la farmacia. No dio más detalles.

Este no es el único inconveniente en esta y otras unidades del IESS. Esperanza Burgos es otra afiliada al Seguro. Ella tiene artrosis reumatoidea.

En los últimos meses -relata su hijo Miguel, de 47- sus manos se hincharon. No podía mover los dedos, por lo que intentaron sacar una cita. No la consiguieron, así que los siete hermanos se reunieron para buscar un galeno privado.

El costo de la consulta fue de USD 50. A este rubro se suman USD 600, por la compra de tres ampollas recetadas.

Otros afiliados optan por llamar varias veces al ‘call center’ para obtener un turno. También buscan en la página web. Patricia Gallardo, afiliada de 60 años, intentó durante tres meses conseguir cita con un médico general. La semana anterior lo logró, por lo que acudió el martes (19 de noviembre del 2019) al dispensario de Amaguaña, valle de Los Chillos, para un chequeo. “Fue una suerte estar aquí”.

¿Hay solución a estos inconvenientes? Días atrás, el presidente del Consejo Directivo del IESS, Paúl Granda, anunció que se desarrolla un proyecto para mejorar la atención en las unidades médicas. Bajo el nombre de ProSalud se tiene previsto, entre otras acciones, el fortalecimiento del primer nivel (dispensarios).

El objetivo -dijo- es descongestionar hospitales de segundo y tercer niveles, como el HCAM. Para ello se aumentará el número de establecimientos de primer nivel. Hoy hay 48.

Por ejemplo, en el Andrade Marín, el 40% de las 55 000 atenciones se podría realizar en unidades de segundo nivel, como el Hospital Quito Sur.

Si se concreta, incluso, habría un ahorro. Esther Castillo, técnica de ProSalud, explicó que el costo de la atención en primer nivel es de USD 28 por persona. Si se va al segundo sube a USD 69. Pero si está en el tercer nivel es de USD 239.

Otra opción serán los centros ‘anidados’ o anexos, por lo que se trabajará con empresas públicas o privadas para que potencien la prevención y la promoción. En el 2020 se concretará en unidades como el Hospital del Día Chimbacalle, en Quito. La meta a cinco años: abrir 2 000 puntos de este tipo.

Y se anunció un nuevo sistema de adquisición de fármacos e insumos. Hoy, en toda la red del IESS se invierten USD 500 millones, pero con un “buen sistema se podrá ahorrar 20%. Será un modelo eficiente para saber qué requiere el afiliado”, ofreció Paúl Granda.

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