La propuesta: superar la caridad este mes y ser solidarios siempre

Aldeas SOS trabaja con 4 700 niños y jóvenes; unos 550 chicos en casas de acogida. Foto: cortesía Aldeas Infantiles SOS.

Aldeas SOS trabaja con 4 700 niños y jóvenes; unos 550 chicos en casas de acogida. Foto: cortesía Aldeas Infantiles SOS.

Niños de la Asociación Solidaridad y Acción dibujan; sus diseños se volverán tarjetas. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO.

Cuando estaba por cumplir 11, Galo Urbano llegó a una casa de acogimiento de Aldeas SOS en Ibarra; allí estuvo hasta los 16. En diciembre -recuerda ahora con 20 años- la gente los apoyaba mucho. “Pero la verdad es que no solo en Navidad necesitábamos un detalle, comida, ropa”, dice.

Ante esa realidad, organizaciones promueven acciones permanentes, a lo largo del año, para apoyar a niños y adolescentes vulnerables.

“Hay que salir de las iniciativas caritativas, de la filantropía, de querer ganarse un espacio en el cielo en estas fechas”, apunta Gontran Pelissier, director nacional de Aldeas Infantiles SOS. Luego de 56 años en Ecuador -cuenta- decidieron cambiar el concepto.

La idea no es que la gente done unas monedas, fundas de caramelos o ropa usada. Buscan aportes para el desarrollo de chicos. Esto es un compromiso mensual, a largo plazo.

Su campaña Hagamos Algo invita a donar de USD 20 a 25 al mes, con la figura de padrinazgo, que estrecha vínculos con el ahijado, pues sabe cómo le va en la escuela y lo visita.

Ese tipo de vínculos -comenta- amplían las redes del niño y como consecuencia aumentan sus oportunidades de recreación, de educación, de trabajo y de comerse el mundo.

Una visión similar tiene Sofía Merino, directora ejecutiva de Fundación Cecilia Rivadeneira (FCR), que trabaja con 250 familias de chicos con cáncer. Buscan alianzas estratégicas con empresas privadas.

Aldeas SOS trabaja con 4 700 niños y jóvenes; unos 550 chicos en casas de acogida. Foto: cortesía Aldeas Infantiles SOS.

A cambio de apoyo les dan un servicio, como capacitación en temas de responsabilidad social, prestan sus instalaciones, hacen consultorías. “No creemos en la caridad”.

Por ejemplo, tienen una alianza con el Real Madrid y el Municipio de Guayaquil, que les permitió poner en marcha una escuela socio deportiva, que funciona en Guayaquil.

El próximo sábado presentarán oficialmente Todo empieza contigo, la plataforma digital, para captar socios benefactores. A través de ella se puede donar USD 5 o 10, y escoger a cuál de sus 15 programas va el valor: educación, artes escénicas, emprendimientos para madres y padres, etc. También se puede donar tiempo y ser parte de sus voluntarios.

Para Galo Urbano, quien creció en Aldeas SOS, lo mejor que les pasó a él y a sus dos hermanas mayores fue tener un hogar, saber que contarían con tres comidas diarias.

En retrospectiva, dice, llegar allá fue un regalo del universo, tras ser maltratados por su padrastro. También conocer a Patricia Santacruz, su cuidadora, con quien aún se ve.

El respaldo en el día a día de esta organización le ha permitido tener un plan de vida y apoyo económico para salir adelante. Va en tercer semestre (son ocho) de Artes Plásticas en la U. Técnica del Norte. Se mantiene gracias a la venta de camisetas, que diseña y que oferta desde USD 10.

Los estudiantes de noveno semestre de Relaciones Públicas de la Universidad UTE también buscaron una forma de ayudar a niños de escasos recursos económicos, a largo plazo. Lo hacen como parte de su taller preprofesional.

En el Capitol, Camila y Estefanía Bedón, en la obra ‘La Princesa Caballero’, de FCR. Foto: cortesía Fundación Cecilia Rivadeneira

Así llegaron a la Asociación Solidaridad y Acción, para apoyarla a difundir el trabajo del centro, que funciona en Colinas del Norte. Asisten más de 100 niños de la zona, de Vista Hermosa y La Planada.

El jueves, los universitarios compartieron en pequeñas mesas con niños de cuatro años, para ayudarlos a pintar dibujos con temas navideños.

Como parte de su trabajo de relaciones públicas, este 14 de diciembre realizarán una exposición en el bulevar de la Naciones Unidas (Quito), con los dibujos hechos por los niños. Estos se convertirán en tarjetas, que venderán ese día, para recaudar fondos.

Esa será una jornada con actividades lúdicas para el público, en la que, además, se recibirán donaciones de todo tipo. “Los niños tienen que comer y estudiar todos los días del año”, enfatiza Santiago Vega, estudiante de la UTE.

Otras organizaciones también requieren ayuda de forma permanente. Fundación Faces ofrece becas de arte a niños y adolescentes de barrios periféricos de Quito, y los alimenta. Mientras, Despiértate trabaja con chicos que están próximos a salir de orfanatos.

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