El proceso de erosión regresiva del río Coca, que lleva en promedio ocho meses, ha afectado hasta ahora a la cascada de San Rafael, a infraestructura petrolera y, ahora, pone en riesgo incluso un tramo de la vía Baeza-Lago Agrio.
Este fenómeno empezó en octubre del 2019, según fotografías satelitales, refirió Ricardo Buitrón, ingeniero hidráulico. En ese entonces, se evidenció ya un hundimiento de la margen izquierda del río Coca, que estaba próxima a la cascada de San Rafael y desde entonces ha avanzado aguas hacia arriba.
A continuación, detallamos los principales hechos que se han presentado a causa de este fenómeno:
Octubre del 2019
Fotografías satelitales de inicios de inicios de octubre del 2019 evidenciaron un hundimiento en la margen izquierda del río Coca. Este se encontraba próximo a la cascada de San Rafael.
2 febrero del 2020
La cascada de San Rafael colapsó. Esto provocó que su caudal se reduzca. La ocurrencia de este evento está ligado al proceso de erosión regresiva que afecta el cauce del río Coca, según un estudio que realizó la Escuela Politécnica Nacional (EPN).
7 de abril del 2020
Las tuberías del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) y del poliducto Shushufindi-Quito, por las que se transporta petróleo y combustibles, respectivamente, se rompieron. Esto se produjo por un hundimiento de 70 metros, en la zona de San Rafael, ocasionado también por la erosión regresiva del río Coca.
23 de abril del 2020
La Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec) informó que contrató a especialistas nacionales para que estudien este fenómeno y su posible impacto en la obra de captación de la central hidroeléctrica Coca-Coca Sinclair, que se encuentra sobre este río.
14 de mayo del 2020
La empresa pública Petroecuador decidió construir una variante adicional de la tubería del SOTE como medida de prevención ante el riesgo de que un nuevo hundimiento afecte a esta infraestructura. Esta medida se tomó, porque según la petrolera estatal el 6 y 9 de mayo pasado se produjo un evento erosivo significativo en el lecho del río Coca. La firma privada Oleoducto de Crudos Pesados tomó una decisión similar.
15 de mayo del 2020
El Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) informó que estaban analizando la construcción de una vía alterna, que tendrá aproximadamente 1 kilómetro de extensión, según modelaciones previas. Esto debido a la proximidad de la autopista E-45, conocida como Baeza-Quito, con un socavón causado por la erosión regresiva.
21 y 22 de mayo del 2020
La Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec), que está a cargo de la operación de la central CCS, firmó los contratos con las empresas Lombardi Andina, Terra Hidro y Kawsus. Estas realizarán los estudios científicos, geológicos y topográficos que determinarán las razones técnicas de este fenómeno y las obras emergentes que caben para salvaguardar la infraestructura hidroeléctrica.
3 de junio del 2020
Petroecuador suspendió temporalmente el transporte de crudo por el SOTE hasta concluir con la construcción de la nueva variante. Con esto se buscó, además, evitar que un nuevo hundimiento provoque daños en esta infraestructura, porque el fenómeno de erosión regresiva avanzó hacia el río Montana, que desemboca en el Coca. Las operaciones en este sistema se retomaron el 8 de junio pasado.
5 de junio del 2020
El tránsito vehicular por la vía Baeza-Lago Agrio, conocida también como E-45, se cerró ante el riesgo de que un tramo de esta vía colapse, por la presencia de un socavón de 120 metros de profundidad que está próximo al puente, a la altura del kilómetro 105. Este punto se encuentra justo sobre el río Montana. La Secretaría Nacional de Riesgos (SNGR) declaró también la alerta naranja en esta zona.