Mallas rotas, escombros y consumo de licor son algunos inconvenientes que ocurren en este espacio público. Foto: Evelyn Jácome / EL COMERCIO
El estado de las mallas, los huecos en el césped sintético, las luminarias, la delincuencia y el consumo de licor son cinco de los problemas que afectan al Parque Inglés, en San Carlos (norte).
Este espacio recreativo, que tiene 5,6 hectáreas, fue intervenido por la municipalidad el año pasado. Se arreglaron las canchas, se dio mantenimiento a las jardineras y se construyeron camineras. Pero hoy, los usuarios piden más atención.
Marcial Proaño es uno de ellos. Admite que es un beneficio poder jugar fútbol en una cancha de césped sintético sin tener que pagar, pero cuenta que las mallas están rotas y se pinchan los balones.
A eso se suman los huecos que se forman en el césped sintético. Proaño admite que son los mismos deportistas quienes dañan el material porque ingresan con calzado no adecuado, o riegan bebidas.
Otro de las molestias es el consumo de licor. A la cancha de fútbol ingresan cerveza a pesar de que está prohibido. En la cancha de voley se reúnen adultos y se quedan hasta la noche consumiendo licor.
Rafael Ríos, otro usuario, dice que en las noches el parque se vuelve peligroso, a pesar de que hay una Unidad de Policía Comunitaria. Los ladrones se esconden en los árboles. Dice que a su sobrino le robaron el celular hace dos semanas.
Esas canchas se caracterizan porque se juega en ellas la madrugada y noche. Pero hay focos quemados por lo que ocuparlas resulta complicado.
La Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas se comprometió a enviar un equipo de técnicos para que evalúe la situación y atienda los inconvenientes.