Tres problemas evitan que El Panecillo despunte

En la cima hay espacios asignados para comidas y artesanías. La idea es mejorar la oferta de los servicios del lugar. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

En la cima hay espacios asignados para comidas y artesanías. La idea es mejorar la oferta de los servicios del lugar. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

En la cima hay espacios asignados para comidas y artesanías. La idea es mejorar la oferta de los servicios del lugar. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

A pesar de que su imagen está en el logo de la marca ciudad y de ser un monumento representativo de la capital, El Panecillo enfrenta tres problemas que le impiden despuntar.

Los líos están relacionados con la inseguridad, los perros callejeros y la falta de ofertas de actividades en la cima. Para enfrentarlos, el Municipio desarrolla un proyecto con tres ejes, con miras a potenciarlo y aumentar el número de visitas.

El Panecillo, según los datos de Quito Turismo, es el cuarto punto turístico más visitado en la ciudad, después del Centro Histórico, el Teleférico y la Mitad del Mundo. Al año, recibe a 200 000 personas, entre viajeros nacionales y extranjeros.

Una de esas turistas extranjeras es Martha Abril. Desde hace dos semanas está en Quito y el jueves pasado visitó El Panecillo. Contó que lo primero que le advirtieron fue que vaya por la tarde porque el ascenso es peligroso en la noche.

Abril comentó que, una vez arriba, la cosa cambia. “Veo policías que hacen rondas y las casetas de artesanías están ordenadas. El ascenso sí nos generó una percepción de inseguridad, porque había gente que tomaba e indigentes”, dijo.

Según Verónica Sevilla, directora de Quito Turismo, los problemas de inseguridad ocurren en el ascenso por las gradas desde la calle Ambato.

Para Luis Bustillos, dirigente del barrio, el principal problema de inseguridad se asocia con los asaltos. “Aquí se dan robos a quienes suben a pie pero también hay denuncias de robos de objetos que se dejan en los vehículos”, añadió.

El primer eje para mejorar la propuesta turística de El Panecillo es arreglar las escalinatas y dotarlas de iluminación y vigilancia. Para esto hay un trabajo entre Quito Turismo, la Secretaría de Seguridad y la Policía Nacional.

Además del ascenso en vehículo y a pie, Quito Turismo potenciará el uso de un parque natural que se ubica en la parte sur de El Panecillo. La idea, según Sevilla, es que el ascenso también se haga mediante una caminata (treking) en medio de un paisaje natural.

Otro de los problemas de la zona tiene que ver con la cantidad de perros que permanecen en el espacio público. Además de que ensucian los jardines y veredas, agreden a los visitantes. Por eso, el segundo eje de intervención tiene que ver con los animales en las calles.

Karina Pisco, coordinadora del Proyecto de Fauna Urbana de Quito, admitió que han recibido denuncias sobre jaurías que atacan a turistas.

El problema, según Pisco, no es solo los perros que no tienen dueño, sino más bien aquellas mascotas que tienen un amo pero los dejan en las calles. Por eso, desde el último trimestre del 2017 en ese sector se ha capacitado a los dueños sobre la tenencia responsable de animales y se hacen controles para reubicar a los perros del sector que no tienen un dueño.

Otra de las quejas de los visitantes es que una vez en la cima, aparte de la vista excepcional del Centro, no hay variedad de actividades para realizar. El tercer eje es desarrollar un proyecto que brinde más alternativas. Habrá un cambio en el diseño de los miradores y otra distribución del lugar.

La idea es que haya una oferta gastronómica y de eventos culturales.
Actualmente, las vistas allí son cortas. Duran, en promedio, una hora. Con una oferta de eventos buscan que ese tiempo se incremente a tres o cuatros horas.

Del proyecto de reordenamiento de ese espacio se encarga el Instituto Metropolitano de Planificación Urbana, según Sevilla. Esa redistribución tomará en cuenta el respeto a su área natural, pero también una normativa de la Unesco que exige que no se obstruya la vista del panorama desde los lugares considerados Patrimonio Cultural de la Humanidad, es decir, del Centro Histórico. El proyecto finalizará en marzo del 2019.

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