526 privados de libertad y guías se contagiaron con covid-19 en Ecuador

El 11 de mayo, en la cárcel de Sucumbíos, los internos tuvieron un chequeo médico. Foto: SNAI

El 11 de mayo, en la cárcel de Sucumbíos, los internos tuvieron un chequeo médico. Foto: SNAI

El 11 de mayo, en la cárcel de Sucumbíos, los internos tuvieron un chequeo médico. Foto: SNAI

La llamada de una amiga que trabaja como médica en el Hospital de Calderón, en Quito, despertó a Mavis. La mujer le contó que su padre había sido internado. El pasado 1 de abril del 2020 fue llevado a esa casa de salud desde la cárcel de El Inca, en donde está recluido. Un agente penitenciario lo encontró en su celda desmayado y con fiebre.

En el hospital le hicieron la prueba de covid-19 y dio positivo. Por eso fue trasladado al Hospital Pablo Arturo Suárez. Allí permaneció 24 días en cuidados intensivos. Finalmente se recuperó. El 27 de abril recibió el alta y regresó al centro carcelario.

Mavis teme que la salud de su padre recaiga; cada semana le lleva naranjas y tabletas de vitamina C. Como las visitas están suspendidas, en el ingreso pide a los celadores que le hagan llegar los productos.

Su caso es parte de las estadísticas de contagios en el sistema penitenciario. Ayer, 22 de mayo del 2020, el Servicio de Atención Integral a Personas Privadas de la Libertad (SNAI) informó que 526 personas dieron positivo en las cárceles del país: 45 guías y 481 presos.

El centro penitenciario de Ambato tiene el 87% de contagiados. En abril, el Ministerio de Salud realizó una prueba a los 610 internos, pues la mayoría tenía síntomas gripales. El resultado fue que 420 privados de la libertad tenían covid-19.

Ese fue el caso de Serafín, un recluso de 33 años que cumple una condena por peculado. Su abogado, José Navas, recuerda que el 25 de abril se realizó una audiencia de hábeas corpus en la que solicitó la libertad de su cliente, pues en ese centro ya había personas contagiadas.

El juez negó el pedido porque el representante legal de la cárcel argumentó que Serafín estaba sano y presentó un certificado médico. Un día después, Serafín tuvo fiebre y tos. Fue separado en un área especial de la cárcel, junto con otros enfermos. El director de ese centro, Carlos Manzano, indicó que hay cuatro médicos, cuatro enfermeras y dos psicólogos que atienden a los 420 enfermos. Según él,el estado de salud de los presos es estable. Por eso solicitó que se haga una segunda prueba para confirmar su curación.

Edmundo Moncayo, director del SNAI, indicó que la posible causa del contagio masivo en la cárcel de Ambato fue el motín que se produjo el pasado 18 de abril. “Los policías y agentes penitenciarios tuvieron que tomar contacto con los detenidos”.

Para los familiares de los reos, la situación es preocupante. Aseguran que el Director del centro no informa el estado de sus parientes. María cuenta que no conoce si su hermano está en el grupo de los contagiados o los sanos. “Esta incertidumbre me tiene angustiada”, apunta. Lucía, otra familiar, pide a las autoridades que informen en qué condiciones está su esposo, recluido allí.

Moncayo aseguró ayer que hay tres reclusos que fallecieron por covid-19 en el país y cinco murieron con sospecha de portar virus. Dos de los confirmados cumplían sus condenas en Ambato.

Uno de ellos fue el empresario Édgar A., quien estaba relacionado con la trama de corrupción de Odebrecht. El deceso ocurrió el pasado 23 de abril. Siete días antes fue internado en el hospital con dificultades respiratorias.

La segunda cárcel con más casos es la de Riobamba. Hay 17 contagiados. Hugo Villacís, director de ese centro, dijo que se destinaron celdas específicas a los reclusos que regresaron del hospital y otros espacios para los que cumplen una cuarentena bajo observación médica.

El jueves, la Defensoría del Pueblo envió una carta dirigida a los titulares de siete instituciones, entre ellos a Moncayo. En ese escrito se exhorta al SNAI y al Ministerio de Salud a que coordinen acciones y garanticen el acceso a una atención médica para los privados de libertad.

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