Belfast, DPA
Ya no se trata solo de la historia de una primera dama y su amante. Es ya el caso de una fuerte crisis política en Irlanda del Norte. La esposa del primer ministro Peter Robinson reconoció primero que había tenido una aventura amorosa con un muchacho de 19 años, así como que había intentado suicidarse.
Poco después, sin embargo, se descubrió que Iris Robinson estaba también involucrada en un escándalo financiero, algo que sabía el propio jefe de Gobierno.
El drama privado se ha convertido ahora en un peligro para el proceso de paz en Irlanda del Norte, antes la zona más convulsa del Reino Unido. La prensa habla del “escándalo más espectacular de Belfast” y de un “coctel político mortal (compuesto) de sexo, poder y dinero”.
Las revelaciones no podían haber llegado en peor momento, ya que la paz entre protestantes y católicos, alcanzada con mucho esfuerzo, parece pender ahora de un hilo. La dimisión del Primer Ministro tendría ahora consecuencias devastadoras para el equilibrio en la coalición de Gobierno entre el partido de Robinson, el protestante Partido Democrático Unionista (DUP), y el católico Sinn Fein del vicejefe de Gobierno Martin McGuinness.
Por ahora se trata de 50 000 libras esterlinas (unos 80 100 dólares), que Iris Robinson recibió de promotores del sector de la construcción para ayudar a su joven amante, 40 años menor que ella, a abrir un café en Belfast.
Como parlamentaria en la capital estaba obligada a declarar esos intereses comerciales, pero no lo hizo. Mientras Iris Robinson ya anunció su retiro de la política, su esposo rechaza aún las acusaciones. “No sabía nada”, asegura el político de 62 años.
En tanto, son cada vez más las voces que piden una investigación independiente y sobre todo la renuncia del Primer Ministro.