El préstamo prendario subió a USD 1 500

Redacción Sierra Centro 

Segundo Chicaiza no tiene dinero para financiar los gastos de  la  graduación  de su hijo. El lunes 6 fue  a las oficinas del  Monte de Piedad, en el centro de Ambato,  para prendar el anillo de oro que su padre le obsequió hace 20 años. A paso ligero, ingresó por el corredor e hizo fila. Un guardia de seguridad custodió a Chicaiza hasta una ventanilla.

La subasta, en camino

El  próximo remate en   el Monte de Piedad del IESS se  realizará el 10 de septiembre.  Quienes  asisten a  estas subastas son joyeros   que luego comercializan las prendas a mayor precio.
Para acceder a un   préstamo prendario  se debe   presentar, por ejemplo,    la copia de la cédula y la papeleta de votación.Con discreción,  el hombre de barba poblada sacó de uno de sus bolsillos una funda plástica.  Luego, entregó el anillo  Guido Fiallos, tasador del Monte de Piedad.

“No tengo dinero, necesito USD 25 para cubrir esta emergencia. Lo que gano como empleado público no me alcanza para mantener a mis cuatro hijos y mi esposa”, manifestó     preocupado.

Fiallos analizó y pesó la alhaja. “Le podemos dar USD 25”.Chicaiza asintió con la cabeza y fue a otra ventanilla. Ana Gancino, pagadora de la entidad, le entregó el dinero y pidió  que firme la factura. “No se olvide que tiene seis meses de plazo para cancelar, caso contrario su joya puede ser subastada”, recomendó.  “Tuve que desprenderme del recuerdo de mi padre.  Pero cuando no hay dinero no hay alternativas. Ir al Monte de Piedad es mejor que pedir prestado a los chulqueros. Ellos cobran el 10% de interés mensual”.

Alexandra Dávila, coordinadora del Monte de Piedad en la ciudad, expresó que cada vez más gente acude a la entidad. “La crisis obliga a empeñar aretes, anillos, cadenas… Por lo general el dinero sirve para cubrir emergencias médicas, el pago de matrículas o para comprar útiles escolares”.

En el país, el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) tiene 11 agencias donde se reciben joyas. Un último informe de la entidad indica que en 2008  se entregó créditos prendarios a 155 771 personas. El IESS asignó  USD 32 153 322.

El documento detalla que en el primer semestre de este año,  82 000  personas accedieron al préstamo. La inversión  fue USD 22 millones.  Hernán Ruiz, jefe nacional del Monte de Piedad, explicó que la entidad prevé entregar hasta diciembre próximo 170 000 créditos. La estrategia para atraer clientes, este año, fue incrementar de USD 400 a USD 1 500 el préstamo. Asimismo se subió de USD 7 a USD 10 el precio por cada  gramo de oro.

Esto motivó a Carlos Pérez a empeñar sus joyas. Antes de bajarse del taxi que lo llevó al Monte de Piedad miró por encima de su hombro para saber si alguien lo vigilaba. El hombre de contextura gruesa ingresó presuroso con dirección a los cajeros de la institución. Nuevamente un guardia lo llevó hacia Fiallos.

Pérez es  propietario de una tienda de víveres en el centro de Ambato. Le faltaron USD 300 para reparar su auto. De una franela roja sacó cuatro anillos, una cadena y dos pares de aretes de oro. “Es difícil prendar algo que es un recuerdo familiar. Pero no queda otra opción ante la falta de dinero y de un empleo fijo”.

Fiallos le dijo cuánto  necesitaba.  Después guardó las alhajas  en una funda plástica.  Los clientes que prendan sus joyas tienen seis meses para cancelar el  préstamo. Para no perderlas,  el usuario puede realizar la renovación en dos ocasiones, previo al pago del 30% del capital más el interés.

Punto de vista
Mauricio Molina/ Experto

Una gran ayuda
 
La gente acude a este   crédito cuando sus   ahorros se terminan. Por esta razón, ellos prendan sus joyas para generar liquidez en el presupuesto familiar.  El  dinero solventa los gastos urgentes  de salud, educación, vestuario.

En el Monte de Piedad se refleja la difícil situación económica que afronta el país, donde el dinero ya no alcanza. Asimismo, los usuarios acuden a este sistema porque sus prendas están protegidas y el porcentaje de interés es bajo con relación al que establecen los chulqueros. No hay duda que en la apertura de clases la demanda de este servicio se incrementará considerablemente.

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