Pese a la oferta de millonarios desembolsos de China, el mayor prestamista del país en el 2015 terminó siendo el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El país cerró el 2015 con una deuda pública (interna y externa) de USD 32 752 millones, unos 2 612 millones más que al cierre del 2014, básicamente por efecto de deuda externa, según datos del Ministerio de Finanzas.
El monto también representa el 33,1% del Producto Interno Bruto (PIB), sin contar con las operaciones de preventas petroleras que no se consideran deuda.
Ni bien empezó el 2015, y en medio de una caída de ingresos petroleros, una numerosa comitiva encabezada por el presidente Rafael Correa visitó el país asiático para conseguir financiamiento en un año económicamente complicado. Y aunque China ofreció desembolsos por USD 4 000 millones para el año pasado, poco de esos recursos llegó.
El 2015 se pagó más por anticipos petroleros que lo que se recibió por estas operaciones: los ingresos fueron de USD 1835 millones, pero se pagaron 2 404 millones.
El Ministro de Finanzas reconoció esta situación el 12 de enero pasado y dijo: “El año anterior hubo un retraso en los desembolsos y lo que estamos haciendo es recuperar el tiempo perdido. Estamos trabajando para cerrar (operaciones por USD 3 000 millones) en este trimestre”.
El lugar de China, que fue un prestamista importante en años anteriores, fue ocupado por los multilaterales.
Con desembolsos por USD 1 490 millones, el BID fue el mayor que más recursos inyectó al país el año pasado.
Otro importante financiamiento se obtuvo a través de la colocación de bonos en el mercado internacional por USD 1 500 millones.Además de organismos internacionales, el país consiguió créditos de bancos (ver cuadro).
Jaime Carrera, director del Observatorio de la Política Fiscal, explica que el pago de intereses también creció el año pasado. Así, por este concepto se pagaron USD 1 760 millones en deuda interna y externa, un valor superior al presupuestado el año pasado que fue de 1 200 millones. “Ahí se refleja que el costo de financiamiento es cada vez más caro y mayor para el país”.
En cambio, la deuda interna del país apenas cayó en USD 12 millones y cerró en USD 12 546 millones a diciembre del 2015.
Pero eso no quiere decir que el Régimen no haya buscado liquidez dentro del país. Un camino fue el uso de una parte de la liquidez que está en la reserva que maneja el Banco Central (BCE).
El director de Análisis Semanal, Walter Spurrier, considera que las dificultades para conseguir crédito han hecho que el Gobierno recurra a operaciones de corto plazo que no se registran como deuda interna.
El BCE reconoció el mes pasado haber utilizado parte de las reservas para inyectar liquidez al Gobierno a través de la compra de papeles, aunque el ente fue enfático en señalar que no ha usado dineros de la banca privada para estas operaciones.
La compra de papeles del Gobierno por parte del BCE creció especialmente en el último trimestre, al pasar de USD 500 millones en septiembre a 1 309 millones en diciembre pasado.
En esos meses se sintió una mayor necesidad de liquidez en el Fisco. Por ejemplo, proveedores del Estado reclamaron pagos atrasados.
Para este año, el país necesita un financiamiento de USD 6 606 millones para cubrir su presupuesto, una meta difícil de cumplir en estos momentos, dice Spurrier.
El principal factor en contra es el aumento del riesgo país, ya que encarece el acceso a créditos externos.
El 15 de diciembre pasado el Gobierno cumplió con el pago final de USD 650 millones de los bonos Global 2015 y anunció que pagará USD 980 millones a la petrolera estadounidense Oxy, tras la condena de un tribunal de arbitraje del Banco Mundial por cancelar su contrato petrolero en el 2006.
Pese a estos esfuerzos, este indicador se mantiene alto desde inicios del presente año. Ayer (21 de enero del 2016) se ubicó en 1 639 puntos, 373 unidades más respecto al cierre del 2015.
Si el Ecuador decidiera hoy colocar bonos en el mercado internacional para obtener recursos debería pagar una tasa del 20%, “que es demasiado caro”, dice Spurrier.
El experto dice que este año el Gobierno podría recurrir a más operaciones de corto plazo para financiarse.
Carrera y Spurrier coinciden en que este tipo de operaciones solo complican las finanzas públicas, por lo que considera que el Gobierno debe optar, más bien, por una drástica reducción del gasto público. “No va a poder conseguir financiamiento adecuado. Va a estar gastando sin poder pagar”.