Presidente de Uruguay logra popularidad de 71 por ciento a pocos meses de finalizar mandato

Montevideo, ANSA

El presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, logró una popularidad histórica del 71% a pocos meses de finalizar su mandato mientras los principales aspirantes a sucederlo, el oficialista José “Pepe” Mujica y el conservador Luis Lacalle cayeron en la aprobación popular, señaló un sondeo.
 
Mujica y Lacalle definirán la sucesión de Vázquez el 29 de noviembre en segunda vuelta tras los comicios generales del 25 de octubre en el que se impuso el primero pero con mayoría insuficiente para proclamar ese día un segundo gobierno para la alianza de izquierda Frente Amplio.

La popularidad de Vázquez, primer presidente socialista del Uruguay, alcanzó el 71% y está “en un nivel récord histórico desde que hay encuestas de opinión pública en Uruguay” , dijo Ignacio Zuasnabar, de Equipos Mori al presentar los resultados de la consulta.

Paralelamente, el candidato oficialista Mujica vio reducida su popularidad del 56% al 51% desde principios del año hasta este mes mientras su rival Lacalle, del Partido Nacional, que había trepado al 40 % de adhesiones en junio y julio, cayó en noviembre al 37% con el que había arrancado.

En cuanto a sus compañeros de fórmula el frenteamplista Danilo Astori, creció significativamente en popularidad y pasó del 47% al 59% a lo largo del año mientras el blanco Jorge Larrañaga cayó de un 40% en enero a un 35% el mes en curso, según Equipos Mori.

Entre los líderes de la oposición, el más favorecido fue Pedro Bordaberry, del Partido Colorado, que actualmente tiene una popularidad del 40%, habiendo partido de un 22% en enero.

La conclusión más “notoria” , dijo Zuasnábar, “es que la campaña electoral 2009 no ha significado un fortalecimiento de los principales candidatos presidenciales, sino más bien lo contrario”. 

Según el analista esto se da “porque los principales candidatos a presidente están más expuestos” pero también “por desempeños en campaña de Mujica y Lacalle que no han sido buenos” .  “La elección del 29 de noviembre dejará un presidente por los próximos cinco años, pero también dejará líderes fortalecidos y debilitados en los distintos partidos, que pueden marcar escenarios” , añadió.

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