Tegucigalpa, AFP, DPA
El presidente electo de Honduras, Porfirio Lobo, dijo hoy que está dispuesto a “dialogar” con el derrocado mandatario Manuel Zelaya “bajo ciertas condiciones”.
“Yo no tengo ningún problema en dialogar, dejemos que la autoridad respectiva resuelva. Lo que tiene de parte mía (Zelaya) es la voluntad absoluta de dialogar”, dijo Lobo a la estación local radio América.
Lobo dijo estar dispuesto a entrevistarse con Zelaya en la embajada de Brasil “bajo ciertas condiciones”.
“Lo que falta es que las actuales autoridades ayuden y faciliten para que dentro de lo que es posible (…) se facilite la salida de la Manuel ‘Mel’ Zelaya para poder ir a dialogar con él”, añadió.
El presidente electo, que asumirá el poder el 27 de enero, abogó por la necesidad de que “bajemos los niveles de confrontación” que ha generado la crisis política desatada tras el golpe de Estado del 28 de junio que derrocó y expulsó a Zelaya a Costa Rica.
Zelaya se refugia en la embajada de Brasil desde el pasado 21 de septiembre, tras regresar clandestinamente a Honduras.
El pasado miércoles Zelaya abortó un viaje a México cuando el gobierno de facto de Roberto Micheletti le exigió que “renunciara” a la Presidencia de Honduras y pidiera asilo a cambio de un salvoconducto para permitirle viajar.
Micheletti pretende que la asunción de Lobo, vencedor de las elecciones del 29 de noviembre que no han sido reconocidas por buena parte de la comunidad internacional, ponga fin a la crisis política.
Mientras tanto, Brasil y Estados Unidos consideran que la renuncia de Roberto Micheletti y la concesión de un salvoconducto para el presidente derrocado, Manuel Zelaya, son esenciales para superar la crisis en Honduras, dijo hoy el asesor de la Presidencia brasileña para Asuntos Internacionales, Marco Aurelio García.
Tras reunirse en Brasilia durante dos horas con el subsecretario de Estado norteamericano para Asuntos del Hemisferio Occidental, Arturo Valenzuela, García aseguró que existen importantes coincidencias en las posiciones de Brasil y de Estados Unidos frente a la crisis política desatada en Honduras por el golpe de Estado que derrocó a Zelaya, el 28 de junio.
“Nosotros creemos que tiene que haber un acuerdo en torno a la salida del presidente Micheletti, y que sería fundamental que se concediera un salvoconducto u otro instrumento que le permita al presidente Zelaya ir adelante”, afirmó el principal consejero del presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva para temas de política exterior.
García declinó suministrar más informaciones sobre los resultados de su reunión con Valenzuela: “Todo el resto fueron hipótesis de trabajo que discutimos y que, evidentemente, mantendremos bajo reserva”, afirmó el asesor brasileño, mientras que el enviado del presidente estadounidense Barack Obama optó por eludir cualquier contacto con la prensa.
El asesor brasileño minimizó las divergencias entre Brasilia y Washington en lo que se refiere a la crisis hondureña, pese a que Obama reconoció el resultado de los comicios del 29 de noviembre en el país centroamericano mientras que Lula se negó a hacerlo, argumentando que el proceso electoral fue conducido por un gobierno ilegítimo.
“Estados Unidos sigue con la posición que mantuvo en la reunión de la OEA (Organización de Estados Americanos), de considerar al presidente Zelaya como presidente legítimo de Honduras”, aseveró.
García reconoció que existen divergencias entre los dos países frente a las elecciones que definieron a Porfirio Lobo como futuro presidente de Honduras, pero sostuvo que también ante ese tema hay coincidencias. “Evidentemente, tenemos una pequeña diferencia de opinión sobre los efectos de la elección, pero coincidimos en algo: tanto para el gobierno norteamericano como para el gobierno brasileño, la elección no es condición suficiente para la normalización democrática.
Estados Unidos cree, sin embargo, que la elección puede crear un ambiente favorable”, aclaró. Por otra parte, el asesor de Lula, quien hace pocas semanas expresó “decepción” ante la política externa de Obama, aseguró hoy que no existe tensión en las relaciones entre Brasilia y Washington.
“Las relaciones no estuvieron mal jamás. Al final de nuestra charla, coincidimos en que en determinados momentos tendremos opiniones distintas sobre algunos temas. Eso es normal, pero las relaciones entre Brasil y Estados Unidos son fundamentales y seguirán siendo preservadas”, enfatizó.