Los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, se reunieron este 14 de septiembre del 2020. Foto: Archivo AFP
El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, confirmó este lunes 14 de septiembre del 2020 en una reunión con su par ruso Vladimir Putin que quiere cambiar la Constitución, señaló el Kremlin, la única solución propuesta por Minsk para intentar salir de la actual crisis política.
“Lukashenko ha confirmado su intención de realizar cambios en la Constitución”, destacó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, después de una reunión cara a cara entre los dos presidentes que duró más de cuatro horas en Sochi, una ciudad balnearia del sur de Rusia.
Este es el primer desplazamiento de Lukashenko al extranjero desde su cuestionada reelección del 9 de agosto, que desencadenó un movimiento de protesta histórico en Bielorrusia.
La visita tiene lugar después de que varias decenas de miles de manifestantes marcharan una vez más en Minsk por quinto domingo consecutivo exigiendo la partida del jefe de Estado, en el poder desde 1994, una movilización cada vez más fuerte a pesar de la detención o el exilio de los principales opositores.
Lukashenko, cuya controvertida reelección provocó esta oleada de movilizaciones sin precedentes, llegó hacia mediodía a Sochi, para reunirse con su par.
El viernes, el Kremlin había avanzado que el objetivo de esta reunión es discutir “las perspectivas del proceso de integración” entre ambos países exsoviéticos, un anhelo de Moscú dese hace tiempo.
Tras acusar a Rusia antes de la consulta de querer “desestabilizar” a su país, Lukashenko dio un giro de 180 grados para obtener su apoyo frente a las enormes manifestaciones, organizadas en su opinión por Occidente.
La líder de la oposición, obligada a exiliarse en Lituania, Svetlana Tijanóvskaya increpó a Putin.
“Lamento que haya decidido mantener diálogo con el usurpador y no con el pueblo bielorruso”, señaló en un mensaje difundido por su servicio de prensa.
Tijanóvskaya reivindica la victoria en las elecciones presidenciales del 9 de agosto, tras entrar en política en la primavera luego de la detención de su marido, a quien reemplazó.
En su opinión, cualquier acuerdo ruso-bielorruso firmado por Lukashenko sería “inválido legalmente” dado que su reelección fue “ilegítima”.