La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, advirtió hoy mércoles 4 de junio de 2014, que su gobierno no va a tolerar manifestaciones violentas que pongan en riesgo a los cientos de miles de asistentes a los juegos de la Copa del Mundo, que se iniciará dentro de ocho días en Sao Paulo.
“No voy a admitir que haya ningún tipo de desmanes con la intención de impedir que la gente tenga acceso a la Copa, no es democrático destruir la propiedad privada y pública, y mucho menos que las manifestaciones tengan costos humanos” , afirmó Rousseff.
Lo dijo durante una entrevista transmitida hoy por la cadena Bandeirantes, en la que minimizó el descontento de la población con el Mundial, que subió al 42% según una encuesta de la consultora IBOPE publicada el 3 de junio.
Rousseff también concedió un reportaje al diario The New York Times y conversó informalmente con periodistas durante un encuentro realizado en la noche del martes en Brasilia.
La mandataria señaló que “nosotros vamos a garantizar completamente la seguridad de las personas” durante el Mundial, cuando las 12 ciudades sedes recibirán 3,6 millones de turistas, entre ellos 600 mil extranjeros.
Aseguró, además, que las “manifestaciones son legítimas” , aunque consideró que “hay mucha cosa política por detrás” de las protestas que se realizan regularmente en las principales sedes del Mundial, como Río de Janeiro, Sao Paulo y Brasilia.
Rousseff insinuó que los partidos de la oposición sacan ventaja de esos actos de protesta, ya que dentro de 4 meses, el 5 de octubre, se realizarán las elecciones presidenciales.