Prensa gráfica

Cuando nos ganamos los primeros sucres en el periodismo, hace bastantes lustros, la prensa gráfica era la reina y señora, apenas con una competencia ligera de la radio.

Pero los nacidos en los famosos años treinta admiramos el impacto y la emoción de los inventos, sobre todo en materia de comunicación y tecnología. Irrumpieron, casi de pronto, nada menos que la radio perfeccionada, la televisión, la internet y, por supuesto, la computación, además de los anexos de unos y otros. “Antaño”, en 1976, como vivíamos ya en las afueras, se necesitaba un carro para que llevara a Quito el artículo del domingo. Después, oh milagro, apareció el fax y ese artículo viajó al periódico a millón por hora.

Luego, se fue -por la vía telefónica- con el texto ya levantado y listo para la corrección y la impresión. Maravillas. Lo único que, felizmente, no inventaron -los japoneses ni los gringos- fue un cerebro automático diseñado para escribir los mentados artículos dominicales.

Los progresos y casi milagros funcionaron con rapidez y eficacia. Ahora se habla de los problemas ocasionados por esos inventos. ¿Peligran, realmente, los medios impresos? ¿Han comenzado a ser golpeados por la nueva tecnología? Sí, eso está a la vista, pero a estas alturas sobre todo en Estados Unidos, Europa y parte de Asia, por efectos de la Internet y las crisis. 

Los más afectados son, por ahora, el New York Times, Le Monde y anexos, aunque no deja de tocar al resto.  Algún día -pero no mañana- será de todos.

El problema en parte de la América Latina está en otra dimensión y tiene evidente relación con intentos políticos autoritarios. En buena parte no es solo un embate a la prensa gráfica sino a la empresa privada.

La crítica se dirige a los medios que nacieron y crecieron con el sistema liberal. También en algunos casos gustó el modelo de periódico único, que puede funcionar decenas de años sin una censura al gobierno de turno. La prensa independiente, por cierto, no es perfecta ni mucho menos. La confrontación en algunos países es por el control gubernamental y no se descartan los intentos oficiales por disputar los mercados, luego de que en esta materia se han impuesto ampliamente los medios que no responden al Palacio.

En el Ecuador hay un acuerdo legislativo interesante para evitar una ley que apoye el control del Poder Ejecutivo.

Lamentablemente, en los últimos días surgieron iniciativas que vuelven a preocupar por sus intenciones.  Una es un Consejo de Comunicación con dos vocales del Gobierno –algo negado en los acuerdos- y otra un intento por poner a los medios a rendir cuentas usando un organismo nuevo con signos de influencia oficialista. 

El Gobierno anticipó que usará todos sus recursos para que el veto parcial del presidente Correa sea ratificado por la Asamblea Nacional.

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