Precisar responsabilidades

Los apagones que sufre el país estos días se han producido por la imprevisión y la falta de ejecución de obras que estuvieron previstas y analizadas, pero que no se realizaron. Por esa razón, no es exacto asegurar que la escasez de energía eléctrica se debe exclusivamente a una supuesta “peor sequía de los últimos 40 años” o al estiaje que todos los años se presenta sobre la vertiente oriental donde se encuentran las grandes centrales hidroeléctricas como Paute, Agoyán y Pisayambo. Mucho más honesto es decir que las crisis energéticas no tienen como responsable a un solo gobierno sino a todos los de las últimas cuatro décadas, incluido el actual.

Las soluciones estuvieron planificadas con antelación, pero no se las puso en marcha. El Plan Maestro de Electrificación para el periodo 2007-2016, elaborado por el gobierno del presidente Rafael Correa, recomienda la instalación de 300 MW de generación térmica para implementarse en el período 2007-2009 con el fin de “minimizar el riesgo de desabastecimiento y evitar el impacto negativo en los precios de la energía”.

La inversión alcanzaba, según el Conelec, USD 178 millones. El Gobierno no implementó las recomendaciones del Plan Maestro pese a la bonanza económica. La presente crisis es resultado del incumplimiento de un Plan que pretende “garantizar el abastecimiento mediante el desarrollo de la infraestructura en generación que resulte conveniente para los intereses nacionales”.

Contrariamente, las medidas tomadas por el Régimen son la misma receta que aplicaron los gobiernos anteriores. Ojalá esta crisis sirva para emprender     proyectos de generación térmica e hidráulica bajo principios técnicos, legales, económicos y ambientales que garanticen un suministro confiable de energía eléctrica.