En la feria de autos de Guamaní, en el sur de Quito, se ofertan actualmente unos 3 000 vehículos cada fin de semana. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO
Las ferias y los patios de autos usados en Quito enfrentan una caída de ventas y de precios desde agosto del año pasado.
El pasado 26 de marzo, la mayoría de personas que ingresaron a la feria de autos usados de Guamaní, en el sur de Quito, no buscaba adquirir un vehículo sino vender uno. Rótulos con el tradicional “se vende” en el parabrisas de decenas de automotores evidenciaban esta realidad.
El quiteño Ángel Zapata, quien se dedica a la venta de autos usados desde hace 20 años, cuenta que desde hace ocho meses el negocio está caído. En los primeros meses del 2015, este comerciante vendía siete autos por mes; actualmente apenas vende uno.
La caída en la demanda impactó en los precios, que se han reducido entre un 10 y 12% en estos últimos meses.
Por ejemplo, un vehículo modelo Aveo del año 2011, que hasta mediados del 2015 se vendía en USD 12 500 hoy se oferta por USD 11 000, dice Zapata, quien acude cada fin de semana a esta feria.
El negociante, quien además es propietario de un patio de autos en el sur de Quito, cuenta que para levantar en algo sus ventas tuvo que reducir los precios de los vehículos.
La afluencia de clientes también ha bajado. Hasta agosto del 2015, cuando unos 6 000 autos se exhibían cada fin de semana en Guamaní, asistían unos 3 000 visitantes. Pero a partir de este mes la presencia tanto de posibles compradores como de comerciantes se ha reducido a la mitad, sostiene Nelson Viteri, presidente de la Asociación de Comerciantes de Vehículos Usados del Distrito Metropolitano de Quito, gremio que agrupa a unos 150 comerciantes.
Leonardo Naranjo, propietario del patio de vehículos Na-Autos, en el norte de la capital, explica que las ventas en su negocio cayeron entre 30 y 40% durante el primer trimestre de este año. Por eso hoy ofrece descuentos de hasta el 12% sobre el precio final.
Así, un Renault de cuatro puertas del año 2013, que costaba USD 13 500 hasta el año pasado, ahora se encuentra en USD 12 000. Esto, según el comerciante, solo le deja un margen de ganancia del 3% por cada auto vendido.
Según el titular del gremio, las ventas de vehículos usados en los 40 patios y las dos ferias de Quito se hundieron un 40%, entre enero y marzo de este año frente al mismo período del 2015. Viteri señala que a inicios del 2015 el sector vendía unos USD 100 000 entre sábado y domingo.
Virginia Rosero, que vive en el norte de Quito, fue a la feria de autos usados hace dos sábados, en busca de un Renault 2007. Para adquirirlo prevé usar un fondo de ahorro que suma USD 7 000.
Los comerciantes del lugar intentaban, con ofertas, atraer la atención de esta potencial compradora. “Las últimas semanas los precios son más asequibles”, dice Rosero.
Ese mismo día, Humberto Almeida compró una furgoneta Chevrolet del 2005 en USD 6 400. “¡Una ganga!”, dice, mientras firmaba los papeles en la oficina de la feria. Almeida llevaba más de un año buscando este tipo de automotor, que adquirió con los ahorros que tenía. “Necesitaba comprar el carro, pero antes estaba muy caro”, comenta.
Pero no todos tienen la liquidez para adquirir un vehículo.
Desde enero pasado, Daniela García oferta, a través de la páginas web OLX, dos autos: uno marca Suzuki SZ cinco puertas en USD 22 000, y un Vitara de tres puertas a USD 15 500.
Aunque ofrece rebajas de hasta USD 1 000 por cada auto y los autos están “flamantes”, García solo ha recibido dos propuestas, pero la venta todavía no se concreta. “Está bien complicado vender los carros y eso que son casi nuevos”, comenta.
Los comerciantes atribuyen la actual situación del sector a la recesión económica que sufre el país, afectada por la caída de los precios del crudo y la restricción en los créditos bancarios que se sintió durante el año pasado.
El representante de los comerciantes de autos usados de Quito dice que en el 2015 la gente no pudo acceder a créditos directos como en años anteriores. Y tampoco a los avances con tarjetas de crédito en algunas entidades financieras. Eso frenó las ventas, tanto para compradores como para comerciantes, comentó.
Los volúmenes de crédito, otorgados por Banco Pichincha por ejemplo, se redujeron casi un 50% en el primer trimestre de este año comparado con igual período del 2015, explica Santiago Jarrín Silva, gerente de Negocio Automotriz del Banco Pichincha. “La demanda ha disminuido parcialmente, sin embargo, lo que se ha visto principalmente es una disminución en la capacidad de pago de los aplicantes y un deterioro en cuanto a la morosidad de la cartera vigente”.
Viteri espera que las ventas puedan recuperarse en los próximos meses.