Washington, AFP
Un portaaviones estadounidense llegó a Haití hoy para desplegar un arsenal de recursos de auxilio y colaborar con los esfuerzos locales, en un clima de descontento creciente por la lentitud de la ayuda internacional.
El jefe de operaciones navales estadounidense, el almirante Gary Roughead, dijo que el voluminoso USS Carl Vinson, equipado con 19 helicópteros, una planta purificadora de agua y toneladas de medicinas estaba “en el área de ayuda y comenzará las operaciones”.
El portaaviones llega luego de que una innumerable cantidad de víctimas -vivas y muertas- pasaran una tercera noche bajo los escombros y que otros damnificados soportaran un día más bajo el sol tropical sin agua ni comida y bajo la amenaza permanente de contraer enfermedades.
La tensión crecía en las calles de Puerto Príncipe, donde viven ahora unas 100 000 personas que quedaron sin hogar por el sismo, debido al enojo y la frustración de las víctimas al recibir tan poca ayuda.
Cuatro guardacostas y aviones de de la Guardia Fronteriza se incorporaron también al dispositivo estadounidense, informó por su lado el Departamento de Seguridad Interior.
Las deportaciones de haitianos fueron interrumpidas tras el sismo del martes, recordó el Departamento en su comunicado.