Porfirio Lobo despedirá a Zelaya hacia su exilio

Tegucigalpa, AFP

El conservador Porfirio Lobo asumirá hoy como presidente de Honduras y entre sus primeras tareas concederá un salvoconduto para que viaje al exilio el depuesto mandatario Manuel Zelaya, a quien acompañará desde la embajada brasileña al aeropuerto de Tegucigalpa.

Lobo, de 62 años, jurará como presidente para un periodo de cuatro años en un acto a efectuarse en el Estadio Nacional, un día después de que el Congreso aprobara una amnistía a los involucrados en el golpe de Estado del 28 de junio de 2009, que instaló en el poder al régimen de facto de Roberto Micheletti.

El mandatario designó el martes a 13 ministros, incluidos tres ex rivales en las elecciones, y anunció que acompañará a Zelaya cuando deje la embajada de Brasil, su refugio desde hace más de cuatro meses, para ir al aeropuerto Toncontín para partir al exilio a República Dominicana.

“Vamos a ir a la embajada de Brasil, si está abierto el acceso, para acompañar al presidente Zelaya para que se traslade al aeropuerto”, adelantó Lobo.

Lobo ha prometido un salvoconducto a Zelaya, quien fue favorecido además por la amnistía aprobada por el Congreso, dominado por el Partido Nacional del nuevo presidente (con 71 diputados), en una votación en que se abstuvieron los 45 diputados del Partido Liberal (la formación de Zelaya y Micheletti) .

“La reconciliación pasa por la amnistía (...) a los que se oponen que se vayan a la Biblia y vean que hay que perdonar” , dijo Lobo.

El nuevo presidente recibirá la banda presidencial de manos del flamante presidente del Congreso, Juan Orlando Hernández, tal como hace cuatro años lo hiciera Zelaya de parte de Micheletti.

Lobo busca reconciliar a sus compatriotas, muy polarizados tras el golpe, y que la comunidad internacional levante las sanciones impuestas a Tegucigalpa luego del 28 de junio, que agudizaron los efectos de la crisis económica en uno de los países más pobres de América.

A la toma de posesión de Lobo asistirá un reducido grupo de dignatarios extranjeros: el presidente dominicano Leonel Fernández, el panameño Ricardo Martinelli, el taiwanés Ma Ying-jeou y el vicepresidente colombiano Francisco Santos.

También asistirá el responsable de la diplomacia estadounidense para América Latina, Arturo Valenzuela, quien encabeza una delegación enviada por Washington para esta ocasión.

La comunidad internacional, que cortó la ayuda y los créditos a Tegucigalpa luego del golpe, ha empezado a dar muestras de que tenderá la mano a Lobo, aunque espera más gestos del nuevo gobernante.

La Organización de Estados Americanos (OEA) anunció que enviará una misión al país para analizar su retorno al ente continental, del que fue suspendido luego del golpe, mientras el Banco Centroamericano de Integración Económica fue el primer organismo en informar que reanudará sus aportes a Honduras.

La crisis hondureña, que afectó el comercio en toda Centroamérica, ha causado pérdidas por unos 400 millones de dólares al país, según estimaciones de empresarios, y Lobo recibirá un erario exhausto.

Lobo tiene además el reto de lograr que se respete el orden constitucional, en un país en que la clase dirigente ha dado muestras --antes y después del golpe -- de que acomoda las leyes a sus intereses.

El conflicto hondureño polarizó al país y enturbió las relaciones entre el presidente estadounidense, Barack Obama, y las naciones latinoamericanas con gobiernos de izquierda, que se han resistido a reconocer a Lobo, aunque ahora parecen dispuestas a normalizar sus lazos con Tegucigalpa.

En vísperas de entregar el poder, Micheletti sancionó un decreto aprobado por el Congreso el 13 de enero mediante el cual Honduras se retira de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA) promovida por Venezuela.

Micheletti ha acusado al presidente venezolano Hugo Chávez de interferir en los asuntos internos de Honduras.

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