Dos grandes tormentas en menos de una semana azotaron la costa este de Estados Unidos, forzando el cierre de escuelas, agencias de Gobierno y las oficinas de la ONU en Nueva York.
Algunas ciudades del noreste quedaron paralizadas porque la intensa tormenta y los poderosos vientos crearon capas de nieve imposibles de remover.
Cada día de suspensión de actividades en dependencias públicas a causa de las tormentas de nieve le cuesta a los contribuyentes estadounidenses alrededor de cien millones de dólares. Las dependencias gubernamentales de Washington se mantuvieron cerradas algunos días esta semana.
Los más ingeniosos ya bautizaron al molesto fenómeno natural como ‘Snowmaggedon’.