El Gobierno que prohibió la emisión de cualquier video clandestino cuando estalló el escándalo de los ‘Pativideos’ ahora ha convertido a Julián Assange y a Wikileaks en su nuevo juguete propagandístico.
La evocación de aquella prohibición decretada para evitar que se transparenten los hechos que rodearon a ese vergonzoso acontecimiento y lo que el aparato de propaganda del Gobierno está haciendo ahora con Wikileaks, es solo una muestra de la forma contradictoria y sin principios con la que se actúa en la Secom, Carondelet y en el gigantesco y costosísimo sistema mediático del Gobierno.
Cuando un cable filtrado por Wikileaks hablaba de que el gobierno de Rafael Correa se hacía de la vista gorda ante los supuestos actos de corrupción de un comandante de la Policía, entonces esa información era falsa, elaborado por una agentes del imperio y merecía la expulsión de la entonces Embajadora y el deterioro de unas relaciones que aún están lastimadas.
Ahora, esos mismos cables, redactados por los mismos agentes del imperio, son verdaderos porque son útiles para los intereses coyunturales.
Durante los actos de conmemoración d el 24 de Mayo, el Presidente en su afán de espantar cualquier duda sobre su actitud ante el narcotráfico, leyó un cable que decía que en el 2005, es decir antes de que se iniciara su Gobierno, el narcotráfico tenía abrumado el Ecuador. Ahí, los cables son legítimos y creíbles.
La Secom, Carondelet y todo el sistema mediático del Gobierno no sostienen principios. Defienden imágenes.