María Guanga, con el andador, estuvo acompañada por Elvia Gutiérrez en el recinto electoral de la Universidad de Guayaquil. Foto: Elena Paucar/ EL COMERCIO
Llegó con la ayuda de su andador. María Guanga no quiso perderse las elecciones de este 2017. Así que le pidió a su hija Fanny Cabrera que la acompañara a la Facultad de Ingeniería en Sistemas de la Universidad de Guayaquil, en el centro de la ciudad.
La mujer, de 86 años, se acercó a la mesa de asistencia preferencial, instalada junto a uno de los pasillos. Ahí, personal del Consejo Nacional Electoral (CNE) le entregó las cinco papeletas para elegir presidente, asambleístas nacionales, provinciales, parlamentarios andinos y la consulta popular.
No tuvo que acercarse a un biombo de cartón. Su voto fue depositado en una de las urnas por las jóvenes que la asistieron. La mujer solo tuvo que esperar su certificado, sentada en una silla. “Ella insistió en venir a votar. Venimos desde La Atarazana (en el norte)”, contó su hija.
El pasado viernes 17 de de febrero, 153 electores de Guayas fueron visitados por el CNE como parte de la propuesta Voto en casa, enfocada en adultos mayores y personas con discapacidad. De ese total, 122 personas fueron de Guayaquil, 19 del cantón Daule y 12 de Milagro.
Pero Elvia Gutiérrez optó por salir de su casa, en el sur de ciudad, y acercarse a una de las juntas receptoras del voto. La mujer de 80 años votó en la misma mesa donde fue atendida Guanga.
Ahí, a la vista de otros votantes, se tomó su tiempo para marcar el sufragio. “A mi edad el voto es opcional. Vivo al otro extremo de la ciudad, pero vale la pena. Con tiempo decidí por quien votar; no creo que me equivoque”.