Monseñor Vicente Cisneros. Arzobispo Emérito de Cuenca.
Su experiencia. Nació en Pelileo en 1934. Es Obispo de Ambato, Arzobispo de Cuenca y ex titular de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana. Sigue activo en su labor pastoral.
Su punto de vista. La Iglesia Católica seguirá siendo una defensora de la libertad de expresión.
¿Qué recuerdos tiene de su infancia en Pelileo?
Allí aprendí a leer en tercer grado. Para entonces ya sabíamos las tablas de multiplicar, así como las cuatro operaciones aritméticas. Viví muy cerca de la Iglesia y desde mi infancia estuve en contacto con la religión católica; tuve una educación esmerada.
¿Qué pasó el día del terremoto de Ambato?
Nos cogió precisamente en Ambato. Fue tremendo: se cayeron muchas casas y se levantó una gran polvareda. Lógicamente tengo ese recuerdo mil veces marcado en mi mente y mi corazón.
Luego de la escuela ¿cómo fue el trajín académico ya en el Seminario Menor?
Teníamos seis clases diarias, pero algunas eran con deberes, estudiar las lecciones: era un régimen educativo muy estricto. En el Seminario Menor recibí una formación humanística: estudié latín de forma completa, luego griego y castellano también. Por la gloria del Seminario Menor, cuando llegué a Europa a estudiar en la Universidades de Salamanca y luego en la Gregoriana de Roma, no tuve ningún vacío de formación en comparación a mis compañeros.
¿Qué recuerdos tiene de la actuación del cardenal Pablo Muñoz Vega en Roma?
Muchos, muchos recuerdos. El era padre y rector cuando yo iba a comenzar a estudiar en la Universidad Gregoriana.
¿Antes de ingresar a la formación religiosa, por su mente pasó la posibilidad de seguir otra profesión?
Yo creo que tuve una profesión indeleble; espero que así sea hasta mi muerte. Ahora en todo el mundo ha disminuido la vocación sacerdotal.
¿Hay menos fe hoy?
Lamentablemente la familia ya no es la transmisora de la fe, como ocurría en el pasado.
¿A qué se debe eso? ¿Qué está pasando con la familia?
La familia ha sido afectada por múltiples factores. En especial por el secularismo. Es decir, en la actualidad la religión dentro de la familia ya no tiene tanta importancia. La familia se ha dejado vencer por ese secularismo, por las costumbres, por el modernismo y hasta por las innovaciones tecnológicas. Las redes sociales han derrotado a la familia.
¿Cómo reflexiona la Iglesia frente a problemas, como la pederastia, que afectan la imagen de los sacerdotes?
No podemos negar ni olvidar el problema de la pederastia. Miramos el tema con mucho dolor al saber que posiblemente esos sacerdotes no tuvieron vocación que han desfigurado su papel. El tema es preocupante porque se trata de niños inocentes que han sido víctimas de la pedofilia. Evidentemente que esto nos da grande dolor y gran preocupación.
¿La Iglesia asume el debate en los púlpitos?
Estamos en marcha de rehacer la Iglesia, de rehacer toda esta problemática, de rehacer la formación de los sacerdotes.
¿Cuántos idiomas domina?
He estudiado 10 idiomas: latín, griego, castellano, quichua, alemán, ruso, italiano, francés, inglés y algo de holandés. Yo rezo un misterio del rosario en latín, castellano, francés, alemán e inglés. También combino el quichua y el italiano. Es decir, rezo el rosario en siete idiomas.
¿Qué piensa de la libertad de expresión?
Es una de nuestras libertades fundamentales. La libertad de expresión es simplemente la libertad de la palabra. Nadie puede limitarnos una palabra correcta, una palabra sincera, una palabra inteligente. Nadie puede limitarnos por más que ponga leyes, mil leyes. Nunca vamos a poder aceptar trabas contra la libertad de conciencia y en contra de la libertad de expresión. La Iglesia ha sido siempre una pionera de la libertad de expresión y ese principio se defenderá.
¿Usted permanece activo 40 años en la radio?
Yo siempre he estado presente en la radiodifusión. El programa del domingo en Radio María desarrolla varios temas ampliamente. Ahora en Radio Católica ya voy dos años. Tengo un respaldo escrito de todo lo que transmito por los micrófonos. Ahora estoy preparando el libro número 18 de mis mensajes pastorales.