En Vanguardia se defiende su línea crítica al Régimen

El equipo periodístico de revista Vanguardia intenta retomar su ritmo normal de trabajo, luego del embargo de equipos , la tarde del martes.

Sus siete reporteros, tres fotógrafos y tres diseñadores se reincorporaron a sus actividades para producir la edición del lunes. En medio de ese trajín, sus periodistas abren un espacio para la reflexión de su trabajo y su tirante relación con el Gobierno.

“No nos asumimos como contrapoder; nos asumimos como un espacio de deliberación y libre circulación de ideas”. Esas son palabras de Iván Flores, su editor general, quien cree que el embargo del Ministerio de Relaciones Laborales se inscribe en un guión de polarización diseñado desde “la burocracia”.

No obstante, Vanguardia niega que su línea periodística haya abonado a ese clima de polarización. Al contrario -dice Flores- las páginas del semanario han buscado un equilibrio, en el que están el Estado, así como actores privados y comunitarios. “No somos una revista de variedades, sino crítica y documentada”.

Vanguardia está en circulación desde hace casi seis años. Pero, desde finales del 2010, los roces con el Gobierno han aumentado. En diciembre de ese año, el Fideicomiso AGD-CFN embargó sus bienes por un supuesto incumplimiento en un contrato de arrendamiento.

Luego han llegado severas críticas en la sabatina. Y, por último, el episodio del martes.

¿Han existido excesos ?

Flores identifica uno: la edición de inicios de abril, titulada “El IESS bajo lupa política”. A su juicio, esa portada no fue la más afortunada en términos gráficos. Ramiro González, titular del IESS, se quejó y la revista ofreció las disculpas del caso.

Respaldo institucional y la versión del Gobierno

Fundamedios recogió en su reporte de alertas a la libre expresión el embargo a Vanguardia, recordando que es el segundo desde finales del 2010. En la misma línea se pronunció la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que expresó su preocupación por la incautación.

Por su parte, Francisco Vacas, ministro de Relaciones Laborales, justificó ayer la sanción establecida a la revista.

Según el funcionario, la acción de allanamiento al semanario se dio por incumplimiento del pago de multas laborales, impuesto el pasado 11 de noviembre del 2010.

Vacas agregó que hay seis causas para el castigo: la inobservancia de trabajadores con discapacidad, no contar con contratos de trabajo legalizados, no presentar formularios de pago de utilidades legalizados, no exhibir planillas de aporte al IESS, no contar con el reglamento interno de trabajo legalizado.

El Ministerio dice que la multa de USD 26 240 ya fue notificada a la revista en enero.

¿Qué pasará con los ordenadores? Vacas dijo que las máquinas incautadas reposan en las instalaciones del Ministerio. “No van a ser prendidas, no nos interesa, en lo mínimo, la información (de las máquinas)”.

Vanguardia insiste en que no se respetaron los plazos de las notificaciones. En la edición del lunes habrá una respuesta editorial a la acción oficial.

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