El Gobierno colombiano está preocupado por los posibles efectos diplomáticos con Ecuador que pudiera traer la denuncia del supuesto espionaje del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) al presidente Rafael Correa.
Por ello, la noche del miércoles, el presidente de Colombia Álvaro Uribe citó a una reunión urgente a sus ministros de Relaciones Exteriores y Defensa, así como a los altos jefes de la Fuerza Pública y al Director del DAS.
En ese encuentro se analizaron los alcances del caso, el enérgico pedido de explicaciones de la Cancillería ecuatoriana y la advertencia del presidente Correa de volver a romper relaciones con Bogotá si se prueba el espionaje.
Una de las decisiones de la reunión fue que el propio presidente Uribe sea quien niegue que desde Colombia se haya dispuesto la interceptación de los teléfonos de su colega ecuatoriano.
La idea central fue darle mayor peso a la posición colombiana, de que desde ese Gobierno no se dispuso realizar tareas de espionaje contra el Mandatario vecino.
“Reitero que el DAS no ha adelantado ninguna de las actividades que se han denunciado contra el señor presidente del Ecuador, el doctor Rafael Correa”, dijo Uribe. Antes, el DAS había negado ese tipo de operaciones a través de un comunicado, además del Canciller colombiano.
La segunda conclusión de la reunión fue reforzar la tesis de que la versión de las presuntas ‘chuzadas’ a Correa es parte de una campaña, que busca entorpecer el proceso de normalización de relaciones con Quito.
“Ya son varios los casos en los cuales personas malintencionadas, probablemente cercanas al DAS, han querido con informaciones que no corresponden a la realidad afectar el buen nombre del Gobierno y afectar las relaciones internacionales”, agregó.
Las expresiones de Uribe también se refieren a la denuncia que saltó en abril, en el sentido de que el organismo de inteligencia colombiano ‘pinchó’ las comunicaciones del personal diplomático de Ecuador, Cuba y Venezuela.
Por último, Uribe repitió que su meta antes de salir del poder (el 7 de agosto) es buscar la normalización de nexos diplomáticos.
La relación bilateral se resquebrajó a raíz del ataque colombiano a Angostura, el 1 de marzo de 2008. Esa fecha se bombardeó un campamento clandestino de las FARC, que dejó 25 muertos, entre ellos Raúl Reyes, segundo al mando de la guerrilla.
En Ecuador, la respuesta de Colombia fue calificada como positiva por funcionarios del Gobierno. “Creo que son positivas estas declaraciones, pero es un tema que desde el comienzo hay que manejarlo con mucha prudencia al igual que con mucha firmeza”.
Lo aseguró Miguel Carvajal, ministro coordinador de Seguridad de Ecuador, consultado por la prensa. Autoridades nacionales analizan la posibilidad de realizar investigaciones en Colombia con el consentimiento de Bogotá, luego de la publicación realizada por un medio ecuatoriano.
“Estoy a la espera de conversar vía telefónica con el fiscal general, Guillermo Mendoza, colega colombiano, para que uno o varios fiscales del Ecuador puedan viajar a investigar. Nosotros queremos ir a la fuente”, señaló el fiscal Washington Pesántez.
En los últimos meses, el DAS ha sido foco de escándalos, entre ellos las interceptaciones telefónicas ilegales a políticos, magistrados y periodistas de la oposición. Uribe anunció su intención de liquidar el organismo.