La jornada electoral en la capital se desarrolló con normalidad y sin mayores incidentes este domingo, 23 de febrero, en el norte, centro, sur de la ciudad y en el valle de Los Chillos.
A las 17:00 cuando se cerraron las urnas en Quito no se presentaron problemas en los diferentes recintos electorales y sus alrededores. Luego de las votaciones el tránsito vehicular se alteró en dos sectores: la av. De los Shyris, por la Tribuna, sede de Alianza País, lugar donde el presidente Rafael Correa y los candidatos se reunieron y dieron rueda de prensa sobre los resultados. Los conductores fueron desviados hacia la av. 6 de Diciembre.
Similar situación ocurrió en la av. La República, en el norte, sede del Movimiento Suma de Mauricio Rodas, virtual alcalde de Quito, según los resultados de las encuestas a boca de urna. Allí se concentraron sus simpatizantes y coidearios.
Poco movimiento luego de las elecciones
Después de la jornada electoral, en el centro norte de la ciudad volvió a la normalidad. Fuera del recinto electoral de la Universidad Salesiana continuaban las ventas informales.
Pero a partir de las 17:30 se restableció la circulación vehicular en las calles aledañas del sector. El tránsito fue fluido en la av. 12 de Octubre.
En la parada del Corredor Sur Oriental la demanda de pasajeros fue considerable.
En las avenidas Patria y 6 de Diciembre tampoco hubo congestión.
Más al norte hubo movimiento incluso hasta las 17:00. A partir de esa hora, poco a poco las calles fueron vaciándose y quedaron solo papeles y restos de alimentos en el piso.
En el Centro del Muchacho Trabajador, la jornada se vivió con normalidad.
Hubo queja por parte de los electores pues usualmente, la entrada a ese establecimiento es por la avenida De la Prensa, pero en esta ocasión únicamente habilitaron la puerta delantera. Para poder ingresar, debieron caminar unas cinco cuadras y redondear la manzana.
Eso congestionó el sector. El embotellamiento alcanzó dos cuadras.
En el colegio Luciano Andrade Marín, el cierre de urnas se vivió con normalidad. Conforme cayó la tarde, los cerca de 35 puestos de comida empezaron a levantarse.
En el interior del centro donde funcionaron 42 juntas receptoras del voto, 21 militares controlaron el orden, mientras que en el exterior, 12 miembros de la Policía Nacional recorrían la zona. Al operativo se sumó una docena de agentes de tránsito.
Santiago Enríquez, uno de los policías que estuvo en el sector, comentó que no hubo ninguna novedad durante toda la jornada.
No hubo personas haciendo campaña política, ni gente que llegó en estado de embriaguez. Hasta las 20:40, los uniformados continuaban brindando seguridad en el plantel, pues las urnas permanecían en el interior.
135 policías en el Centro Histórico
La jornada electoral en el Centro Histórico se vivió en un ambiente de calma y normalidad. Las ventas informales, desde puestos de emplasticado hasta comidas típicas marcaron el ambiente.
En calles como la Imbabura y Chile, el comercio tuvo buena acogida. Los dueños de puestos de venta de ropa, además de comida y refrescos, aprovecharon la masiva concurrencia para ofrecer sus productos. Blanca Males decidió instalar una máquina emplasticadora. El servicio lo ofertó por USD 0,20. “Hay mucha competencia”, comentó.
Debido a la presencia de los colegios San Pedro Pascual, La Providencia y San Andrés, en un tramo de la calle Benalcázar se restringió la circulación vehicular. Lo mismo ocurrió en la calle Chile, desde la Cuenca hasta la Imbabura; y también se restringió la circulación en el tramo final de la calle Los Ríos, en La Tola.
Ya entrada la tarde, cientos de personas se agruparon en la Plaza Grande mientras se conocían los resultados a boca de urna, emitidos por distintas cadenas de televisión. La presencia de ciudadanos fue aprovechada por dos comediantes, que ofrecieron un show a los pies de la Catedral Primada de Quito.
Aproximadamente a las 17:45, arribó a la Plaza Grande un contingente con 135 Policías Nacionales, como medida preventiva en caso de que se den cita a ese punto del Centro Histórico simpatizantes de Rodas o Barrera. Así lo indicó el Mayor William Egas.
En el sur hubo mayor movimiento en la tarde
Desde las 15:00, el movimiento se intensificó en varios recintos electorales del sur de Quito. En la avenida Mariscal Sucre se observaba una fila de carros, que no se movían de su lugar. Pasaban entre cinco y diez minutos, y la fila continuaba. Mientras que en las veredas, varias personas cruzaban apresurados, ya que solo faltaban dos horas para que se cierren los recintos electorales.
A las afueras de los recintos, el movimiento era mayor. En la acerca se ubicaron ventas como: platos típicos, ropa, celulares, adornos, entre otros. Y no podían faltar las personas que emplasticaban las papeletas de votación, quienes invitaban a los votantes a tener “cuidadito su documento”.
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A las 16:45, en otro de los recintos electorales, varios votantes llegaban apresurados a votar. En esta vez, en el Colegio Pérez Pallares, en el sector de la Villa Flora, unos corrían directamente a su Junta Receptora del Voto. Otros votantes se acercaban a las mesas de información. Luego de recibir los datos corrían desesperadamente para no quedarse sin sufragar.
Pasada las 17:00, en las calles de la Villa Flora, las ventas empezaron a recoger sus productos. Los votantes salían de este recinto con papeleta en mano. Algunos de ellos escuchaban los primeros resultados en sus celulares.
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Sangolquí: una elección tranquila y un tránsito horroroso
La jornada de las elecciones seccionales en Rumiñahui estuvo casi perfecta. El casi llegó de la mano de dos hechos que pusieron dos nubarrones en la ejemplar cita cívica.
El primero sucedió en el recinto electoral Giovanni Farina, que atendió en las instalaciones del mencionado colegio emplazado en El Triángulo de San Rafael. El asunto, explicó la coordinadora Michel Quintana, es que con la nueva delimitación territorial esa zona ya no pertenece al cantón Quito –como sucedió hasta la anterior elección- sino a Rumiñahui. En consecuencia, allí ya no se elegían dignatarios para Quito sino para el otro cantón.
Eso causó desazón y protestas en muchos votantes desinformados, quienes llegaron afilados para votar por Barrera o Rodas y tuvieron que rayar en los casilleros de Jácome, Salazar o Caicedo.
No obstante, afirmó Katy Rengifo, quien votó allí junto a sus hijas Anette y Gabriela Flores, la ciudadanía protesto un poco pero luego se acomodó a las circunstancias y sufragó sin problemas. Una breve pero tenaz lluvia que cayó entre las 14:30 y 15:30 complicó la movilización de los votantes en ese lapso.
El segundo lunar estuvo en el tránsito en la cabecera cantonal, especialmente en la zona que rodea a los redondeles El Choclo y El Colibrí, que se convirtió en un verdadero pandemónium. ¿La causa? El cierre de la vía que cruza por los colegios Juan de Salinas y Jacinto Jijón y Caamaño, sedes de dos de los tres más grandes recintos de Sangolquí, junto al colegio franciscano La Inmaculada. Entre las 12:00 y 14:00, ir del un redondel al otro tomaba hasta 20 minutos, cuando normalmente se lo hace en menos de cinco minutos.
Esa arteria cerrada (García Moreno) fue aprovechada, asimismo, por los vendedores ambulantes y hasta por verdaderos minirrestaurantes. 137 quioscos y carretas en cuatro cuadras. Un variado menú que ofrecía a los afanosos votantes desde legítimos jugos de coco (USD 1) hasta carnes y pollos a la piedra a USD 3. El plato tradicional de la zona, el hornado, tuvo presencia mayoritaria y se vendía en 12 locales; a USD 3,50 y 4 por una generosa porción.
A las 16:00 el fervor cívico disminuyó drásticamente al igual que se apagó el sol. Y una bruma con cara de aguacero copó el firmamento, lo que hizo que los sangolquileños aceleren el paso y se dirijan hacia sus hogares para esperar los resultados con tranquilidad.
A los prácticos comerciantes no les quede otra que bajar drásticamente los precios de sus productos, para ver si acababan con todas las provisiones que llevaron.