Tres concentraciones se tomarán las calles por el 1 de mayo en Quito. El Día del Trabajo tendrá a oficialismo, oposición y un tercer actor: el Parlamento Laboral que, en esencia, no ha estado lejos del Régimen. Pero la actual coyuntura y las nuevas reglas de juego laboral hicieron que esta agrupación diera un giro de timón en sus apreciaciones del Gobierno.
Si bien en principio el Parlamento pensaba sumarse a la convocatoria del presidente Rafael Correa, ahora prefiere ir en solitario. “Ni con la fanesca política ni a la marcha del Régimen”, dice Fernando Ibarra, presidente de esta organización sindical.
Si por una parte apoyan al Gobierno por la inclusión de las amas de casa a la Seguridad Social, también cuestionan la eliminación del 40% del aporte estatal a las pensiones jubilares y el techo a las utilidades. Por eso preferirá concentrarse, sin una marcha previa, en el parque El Arbolito, en el norte de Quito, lejos de las otras organizaciones.
El sindicalismo opositor, concentrado en el Frente Unitario de los Trabajadores (FUT), hará su recorrido habitual: desde la sede del IESS, en la avenida 10 de Agosto, hasta la plaza de San Francisco. A solo tres cuadras de distancia, estará la marcha que nace desde Alianza País y la Central Unitaria de los Trabajadores (CUT) y su principio de la ‘revolución del trabajo’. Desde el sur de Quito llegarán a la plaza de Santo Domingo.
El Parlamento Laboral, además, entregará a la Corte Constitucional un pedido de referendo. Tendrá 11 preguntas entre las que consta la elaboración de un nuevo Código Laboral, el restablecimiento del aporte estatal del 40% y una nueva conformación del directorio del IESS.
Históricamente, el Día del Trabajo ha servido para que el sindicalismo refleje su poder de convocatoria, y tomar el pulso político del país. Sin embargo, políticos y sindicalistas coinciden en que esta ocasión será distinta por las recientes reformas a la Seguridad Social, las cuales serán utilizadas, tanto por el oficialismo y la oposición, para sumar más simpatizantes a sus iniciativas.
El primer grupo destaca la afiliación de 1,5 millones de amas de casa y la reducción de la brecha salarial como logros de la Revolución. Los sindicatos, en cambio, utilizan el discurso de que la eliminación del aporte estatal para el pago de pensiones jubilares en el IESS fue una medida ‘inconsulta’.
Para el oficialismo será una jornada especial pues en este ambiente de críticas a las reformas al IESS deberán reflejar el apoyo ciudadano que poseen. Dentro de AP se ha diseñado un esquema a través del cual se convocará a la mayor cantidad de gente, y aunque no lazan números, sus dirigentes hablan de miles.
Doris Soliz, secretaria Ejecutiva de AP, dijo que están en pleno tiempo de acción política. Destacó que la marcha del oficialismo será “una jornada de celebración”. Habla de salarios dignos, seguridad social, buenas condiciones de trabajo, crecimiento del empleo…
El ministro de Relaciones Laborales, Carlos Marx Carrasco, calificó a los opositores de esta nueva normativa como “oscuras golondrinas” y dijo que su intención es engañar. Añadió que los “líderes del FUT-MPD” no buscan dialogar y que la muestra de ello son los discursos que “falsean la verdad, son distorsionadores que tienen el afán de generar conflictividad”.
Líderes de los sindicatos opositores no prestan atención a las críticas del Gobierno y aseguran estar “fortalecidos”. El director del FUT, Édgar Sarango, sostuvo que luego de la marcha del 19 de marzo han sumado respaldo de más ciudadanos y que las reformas al IESS han incrementado la inconformidad.
Además de exigir que el Estado vuelva a aportar el 40% de las pensiones jubilares, pedirán también la elaboración de un nuevo Código Laboral que mejore las condiciones de los trabajadores en el país. Anuncian además que presentarán una demanda de inconstitucionalidad ante la Corte Constitucional.