Los exteriores de la Corte Nacional de Justicia (CNJ) se convirtieron en un ‘sitio exclusivo’ para los militantes de Alianza País. Desde allí gritaron consignas a favor del Régimen y en contra de los medios de comunicación. En ese lugar, la opinión del opositor no fue tolerada y aquellos que la expresaron fueron atacados.
A las 08:00 empezaron a llegar los primeros simpatizantes del Gobierno. Su consigna era permanecer en vigilia hasta que los jueces penales dicten sentencia. Desde su cuenta de Twitter, el presidente Rafael Correa, quien se encontraba en el octavo piso del edificio, alentaba a sus seguidores a rodear la Corte Nacional. Decía que la estrategia de El Universo era quemar el tiempo.
Sus huestes portaban grandes banderas verdes del movimiento oficialista y del Ecuador. Otros llevaban pancartas con leyendas en apoyo al presidente Rafael Correa. La mañana estuvo fría, el cielo gris. Caía una llovizna. Las personas usaban ropa abrigada.
Unos 70 policías con escudos y armas rodeaban los exteriores de la CNJ y las avenidas aledañas para controlar la circulación. Unos 20 militares del GEO (Grupo Especial de Operaciones) estuvieron presentes. La calle Unión Nacional de Periodistas se iba llenando de militantes de A. País: sus consignas se escuchaban más fuerte.
“Abajo El Universo, abajo la prensa corrupta”, “Rafael, amigo, Ecuador está contigo” o “Querido Presidente, El Universo miente y tu pueblo está presente”.
A las 09:00 llegó un grupo de 20 activistas del grupo opositor los Kbrea2. “Reacciona Ecuador, dile no a la dictadura” o “Correa no más mentiras, El Universo es inocente”, eran las frases escritas.
El escenario era muy similar al del pasado 24 de enero, cuando la vieja Corte suspendió la audiencia de casación, por la ausencia del juez Enrique Pacheco.
La diferencia es que ayer, los críticos con el Presidente no pudieron expresarse con libertad. Unos 30 simpatizantes de A. País se acercaron abruptamente hacia los Kbrea2 para retirarles los carteles. Fue cuando recibieron insultos y fueron empujados. La Policía evitó una mayor confrontación. Con el paso de los minutos, los seguidores de Alianza País subieron de tono su protesta. “Aplaudan, aplaudan, no dejen de aplaudir, que la prensa corrupta se tiene que morir”, coreaban.
Fue cuando quemaron ejemplares de EL COMERCIO, El Universo y La Hora, mientras pedían a gritos la reelección de Correa. Norma Rey fue una de las ciudadanas que apoyaba al Presidente, estuvo con su esposo. “En estos cinco años la labor del Régimen ha sido transparente y sobre los ataques a opositores dijo que ellos llegaron para provocarlos”.
No solo se quemaron hojas de periódicos. Diógenes Baldeón, fotógrafo de El Universo, y Romel Iza, camarógrafo de RTU, fueron agredidos. Iza estaba haciendo unas tomas cuando recibió un palazo en el rostro por parte de uno de los miembros de AP. “Me atacaron sin motivos”, dijo Baldeón, a quien además le propinaron tres patadas en la canilla. La Policía tuvo que intervenir y dispersar a los agresores. Esto generó un ambiente hostil para los periodistas que cubrían la jornada.
Quien también recibió un ataque fue Blasco Peñaherrera Solah, presidente de la Cámara de Comercio de Quito y crítico del Régimen. Llegó a la CNJ, al mediodía, y un grupo de simpatizantes lo detectó. Lo persiguieron, lanzándole piedras y gritando que él es uno de los pelucones que “molestan al Presidente”.
A pocas cuadras de la CNJ intentó dar una entrevista pero fue atacado con fundas llenas de agua sucia y piedras. “Hoy, la CNJ tiene la posibilidad de reivindicar la justicia en el país, si no lo hace se confirmará el peor linchamiento judicial de la historia. Debe existir tolerancia”, señaló. Inmediatamente tuvo que retirarse del sitio, con resguardo policial.
Desde la calle
Quien se salvó de ser atacado fue el periodista Carlos Andrés Vera, hijo de Carlos Vera. Fue identificado por un grupo de 20 personas. La Policía lo evitó.
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Francisco Latorre, asesor del Presidente, y quien estuvo en la audiencia de casación, bajó a los exteriores de la CNJ y solicitó a los simpatizantes que bajaran el tono de la protesta.
Durante toda la tarde, las consignas en contra de la prensa continuaron. Unas 80 personas seguían en el exterior de la CNJ. Mientras, los periodistas hicieron su trabajo con precaución en medio de un ambiente hostil. Varios simpatizantes del Gobierno recibieron refrigerios para seguir en la vigilia.
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