‘La más alta corte de justicia del Ecuador ha emitido un asombroso y vergonzoso mensaje a la democracia del país al ponerse de lado del presidente Rafael Correa en su campaña para silenciar y quebrar a diario El Universo”. Así arranca el editorial que el influyente diario estadounidense TheNew York Times publicó ayer y que está dedicado a la decisión de la Corte Nacional de Justicia de ratificar la sentencia contra El Universo.
La sentencia condena a los tres directivos del rotativo guayaquileño, y al ex editor de Opinión, Emilio Palacio, a pagar USD 40 millones y a pasar tres años de cárcel por supuestamente haber injuriado al presidente Correa.
Según el diario, uno de los más prestigiosos en el mundo, el juicio en contra de El Universo ha estado plagado de “irregularidades indignantes”.
Así, pone como ejemplo la celeridad inaudita con la que resolvió el juez temporal XV, Juan Paredes, la sentencia en primera instancia, y todas las sospechas sobre si ese dictamen fue redactado por él o, como lo ha venido sosteniendo la defensa de El Universo, a través de sus denuncias formales en la Fiscalía del Guayas, por el abogado de Correa, Gutemberg Vera.
La sentencia, señala, fue elaborado por un juez “temporal” quien de acuerdo con una análisis forense independiente pudo haber “tercerizado” la redacción de la sentencia al abogado del propio Presidente.
El que se difundió ayer se trata del segundo editorial que publica ese diario, condenando a la sentencia en contra de El Universo.
El artículo afirma también que Correa ha anunciado nuevos juicios, acelerando así su “campaña en contra de la libertad de expresión que incluye el acoso a sus críticos”. También felicita a la Comisión de Derechos Humanos de la OEA por haber actuado con rapidez al haber pedido medidas cautelares en contra de la sentencia.
“Los Estados Unidos y otras democracias deben protestar fuerte por el asalto de Correa a la prensa libre y por el secuestro cínico del sistema judicial ecuatoriano”, dice el editorial.
Semanas atrás, cuando The New York Times publicó su primer editorial, la embajadora ecuatoriana en ese país, Nathalie Cely, envió una carta donde mostraba su inconformidad por los argumentos de ese artículo.