Fabricio Correa llega puntual a la cita en las oficinas de la Cámara Ecuatoriano-Brasileña, de la cual es presidente. Son las 16:30 del pasado jueves 24.
Como siempre, lo acompañan su esposa Tatiana, su asistente Virginia Burgos y un asesor jurídico.
Estamos en el piso 17, oficina 1, del edificio Finansur, en el centro de Guayaquil, una ciudad donde hace semanas que no llueve y el calor es pesado, denso.
Fabricio Correa exige que la entrevista no se realice en su oficina, sino en la sala de reuniones.A pesar de que hace apenas dos semanas el doctor José Luis Armijos lo operó de la columna, pasa casi dos horas de pie mientras argumenta sobre el libro ‘El Gran Hermano’ y acerca de los funcionarios gubernamentales “que le hacen mal a mi ñaño”.
Todas sus opiniones y afirmaciones las pone sobre la pizarra de tiza líquida, con marcador azul.
Al igual que su hermano, es crítico con el trabajo de los medios independientes, en especial cuando “no me publican todo lo que me preguntan e intentan sacarme cosas contra mi ñaño”.
Pero si algo tiene como fijación es la crítica mordaz al rol que cumple en el Gobierno el secretario jurídico Alexis Mera, quien a veces, según Fabricio, “es el que en realidad gobierna”.
Decir que quien a veces gobierna es Alexis Mera es decir que su hermano Rafael se deja manipular…
Es obvio que la consulta popular la hizo Alexis Mera, después de capitalizar lo que ocurrió el 30 de septiembre.
Es decir, ¿los errores son de Mera y no de Rafael Correa?
Seis semanas antes de la primera vuelta le dije: Rafa, es irresponsable que vayas a ser Presidente y que gobiernes con esos incompetentes de la izquierda.
Pero Alexis Mera no es de izquierda…
Claro que no. Por eso digo que el peligro para el Ecuador no es el comunismo, sino el fascismo.
¿O sea que hay un proyecto fascista en el Gobierno?
El fascismo no es de izquierda ni de derecha. Es mesiánico, es caudillista. El fascismo responde a lo que ordena el líder. Pero cuando en la calle un tipo le dice “sos fascista” a mi hermano, lo hace coger preso.
¿Quiere decir que su hermano es fascista?
Rafael Correa es un hombre bueno, pero fanatizado. Y un hombre bueno, fanatizado, se convierte en fascista como Mussolini o Hitler.
¡Cómo Hitler!
Claro. Yo no puedo decir que Hitler no quería a Alemania, pero se enloqueció. El problema es que se marean al volverse populistas y matar la producción.
¿Esta reflexión lo llevó a usted a crear su movimiento político llamado Equipo?
Por supuesto. Y nuestro lema es muy claro: ‘Porque te quiero, Rafa, esta vez no’.
¿Usted ya no confía en su hermano como Presidente?
Yo sí confío en Rafael, pero al igual que confío en mi hijo de 15 años, eso no quiere decir que le voy a dar las llaves del auto para que vaya y se mate.
Pero el Presidente defiende con pasión la propuesta de la consulta…
Me parece que esta vez ha caído en la trampa de Alexis Mera, que se van a hacer un autogol y que mi hermano va a terminar preso como Fujimori. Y el Montesinos de mi hermano es Alexis Mera.
¿Y las críticas y acusaciones que existen contra usted?
Que me lo demuestren, pues. ¿Sabe usted quién es Gustavo Noboa Bejarano?
Claro, un ex Presidente de la República…
Pues bien, él fue mi educador en la fe y en su Gobierno ejercí varios cargos. ¿No le parece que si yo hubiera querido hacerme rico lo hubiera hecho en ese Régimen y no en el de mi hermano? Todo tengo documentado, pero, ¿usted cree que alguien se ha tomado la molestia de decir “chuzo, cómo le calumnian a Fabricio, si este man es derecho”?
Según usted, ¿nada de lo que se lo acusa es cierto?
Nada. Lo que han hecho conmigo es montar una campaña y luego usarme como bate de béisbol para golpearlo a este man (señala las letras RC que había escrito segundos antes en la pizarra).
Pero, ¿quién estaría montando esa campaña?
No sé, pero no es justo que le hagan eso a un hombre (se refiere a él mismo), que tiene un matrimonio excepcional, una esposa sensacional y 5 hijos maravillosos.
Insisto, ¿quién está montando esa campaña?
Lo que le digo es que yo metí al país en esto (la candidatura y elección de su hermano Rafael) y aparentemente soy el único que tiene la responsabilidad de sacarlo de donde lo metí. Por eso acepto mi responsabilidad y me he metido en esta campaña contra el sí en la consulta, sobre todo porque lo quiero a mi ñaño.
Es una relación un poco extraña la suya con el Presidente. A veces se dicen cosas duras y a veces se apoyan…
Es que está clarito que yo soy un daño colateral, que soy el ariete con el que quieren golpear a mi hermano. Y entonces al ariete le duele la cabeza, pues. Y yo le digo de frente a usted: como no les di el gusto de decirles que soy un delincuente y que mi ñaño todo lo sabía, ustedes no sacaron nada.
No es cierto eso, ingeniero. Hemos publicado todo cuando lo hemos entrevistado y lo hemos respetado cuando usted nos ha pedido reserva.
Pero entonces dígame por qué le dan el premio de periodismo (Jorge) Mantilla Ortega al periodista Juan Carlos Calderón si todo lo que publicó Expreso se lo di yo.
El premio del 2010 en Investigación lo ganó el equipo dirigido por Calderón, con un jurado independiente que nada tuvo que ver con EL COMERCIO.
¿Qué quiere que piense yo si estos señores nunca más han vuelto a hablar conmigo? Tampoco habló conmigo nunca el señor Luis Chambers, de la veeduría que investigó el caso. Yo le dije varias veces que seguiré calificándolo de mequetrefe mientras no hable conmigo, que se supone soy el centro de esa vaina de investigación que presentaron.
¿Usted también se considera una víctima de los medios de comunicación y de los periodistas, al igual que su hermano Rafael?
Lo que sucede es que cuando esos chicos periodistas sacan esa vaina, ese periodicazo, yo voy donde el Fiscal y le digo: Wacho, aquí está mi declaración patrimonial, investigue, son 25 años de trabajo junto a Tatiana. Eso fue en junio del 2009 y hasta ahora el Fiscal no hace nada.
¿Y en todo esto qué tienen que ver los medios?
Porque cuando Juan Carlos Calderón sacó esos reportajes yo hasta lo felicité, hizo un artículo bastante equilibrado porque yo le dicté algunas cosas. Además, no voy a ser tan tonto como para decirle: “Oye, Calderón, yo vengo violando la ley”.
¿Cuál es el problema de que se haya publicado algo que usted hasta felicitó por su contenido?
Cuando me enteré que era una trampa, fui y hablé con Galo Martínez (directivo de Diario Expreso) y le dije: Yo no me quiero pelear con usted, pero le pido que me reciba para ver si todo lo que van a decir y publicar es exacto, y esa es la grabación que tienen.
¿Entonces?
Cuando salió el artículo hubo encabezados (titulares) sensacionalistas. Yo sé que hay que vender periódicos pero el contenido era un invento. Luego ustedes le dan el premio Mantilla Ortega a un pana que no ha investigado nada y luego alguien financia el libro…
Pero el libro lo publicó una editorial…
Sí, pero resulta que el ‘gran hermano’ iba a ser Fabricio, pero cambian cuando en las encuestas descubren que la gente cree que es un tongo. Entonces orquestan en Quito y dicen “hagamos que el gran hermano sea Rafael” para se vea que la pelea entre hermanos es solo simulación. Así, cambian la figura y hacen el lanzamiento.
¿Una campaña maquinada desde Quito detrás del libro? ¿No le parece exagerado?
Ustedes vieron que cuando salió el libro ‘El Gran Hermano’ yo no dije nada, me pareció equilibrado porque saca lo mismo de Diario Expreso, no añadió nada.
Entonces, ¿cuál es el problema, según usted?
Hacen lo mismo que en Expreso, pero luego ponen opiniones de 10 ó 12 juristas. Después hacen una alegoría de Fabricio Correa, se regocijan con ello y hasta reconocen que tengo un capital político, que hablo bonito, que hablo del ‘círculo rosa’.
¿Quiénes supuestamente se regocijan con eso?
Esos señores del libro. Los dos últimos capítulos son una apología a Fabricio Correa, si hasta casi les mando una canasta de agradecimiento.
No entiendo cuál es su argumento en contra…
Yo me quedo frío porque salen el Presidente, Alexis Mera y Galo Mora para realizar la defensa jurídica. Y después aparece este Chambers de una comisión que primero eran seis, luego cuatro, y uno de estos dijo de Chambers que era temerario, que estaba diciendo cosas sin pruebas, que la comisión no lo ha autorizado.
¿Pero qué tiene que ver el libro con el informe de la comisión de Chambers?
Que justamente, qué casualidad, sale el libro ‘El Gran Hermano’ mientras Chambers monta una historia que no tiene ningún sustento. Para mí eso no es casual.
¿Quiénes estarían detrás de esto, según usted?
Los medios de comunicación de Quito. Por eso le dieron el premio de periodismo Mantilla a Calderón.
No fue a Calderón, sino al equipo. Y no tiene nada que ver lo uno con lo otro…
Entonces ustedes lo ponen arriba a (Cristian) Zurita, porque el que me entrevistó siempre fue Calderón, no Zurita. Y luego de eso cambian de ‘gran hermano’: primero era yo y luego mi ñaño. Por eso tengo dudas. Y luego aparece el informe de Chambers…
¿El informe fue lo que hizo reaccionar a su hermano contra el libro y sus autores?
¡Claro!
¿Y eso significa “daño moral de la prensa”?
De la prensa que escribe tonterías, sí. Que escriben “los contratos de Fabricio” en lugar de decir los “contratos supuestamente vinculados a las compañías de Fabricio”, que es algo muy diferente.
¿Y usted cree que hay ‘daño moral’ en el libro?
En el libro se cuidaron muy bien los chicos, pero en la tele sus declaraciones son temerarias.