El 17 de febrero, el país conocerá el auténtico poder electoral de Ruptura, el colectivo que nació hace ocho años con la pregunta “¿quién jodió al país?”.
Esa interrogante fue la carta de presentación del movimiento, en agosto del 2004.
Por entonces, el movimiento planteaba romper con las viejas prácticas partidistas y abrir la puerta a una “nueva generación de políticos jóvenes”, como se definen sus integrantes en su página web (www.ruptura25.org/).
Desde entonces, esta agrupación se metió de lleno en la vida política doméstica, con cuadros como la asambleísta María Paula Romo, el concejal quiteño Norman Wray o el ex gobernador de Guayas, Francisco Jiménez.
Sin embargo, en estos ocho años, Ruptura jamás ha participado de forma autónoma en algún proceso electoral.
En los comicios generales del 2006, por ejemplo, no se inscribió como organización política. Y desde el 2007 ha participado en elecciones bajo el auspicio de su ex aliado, el movimiento oficialista Alianza País, con el que colaboró por más de cuatro años.
Por esta razón, si bien pertenecen a sus filas seis autoridades de elección popular (una asambleísta y cinco concejales), todos ellos fueron electos bajo el casillero de Alianza País.
Por ello, las elecciones generales, a realizarse el próximo año, medirán en valores absolutos de la fuerza electoral de esta agrupación, cuyos dirigentes se catalogan como de izquierda.
Sobre todo porque sus cabezas principales ya han confirmado que no tejerán ninguna alianza con otros actores de su tendencia ideológica, como el candidato presidencial Alberto Acosta.
De hecho, la dirigencia nacional de Ruptura resolvió que la agrupación vaya con candidatos propios incluso a la Presidencia de la República, una apuesta que no estaba en los planes del resto de agrupaciones políticas.
La legisladora María Paula Romo, de la mesa de Justicia y Estructura del Estado, se presentará para la reelección en la Asamblea. Ella reconoce que los comicios servirán para “sincerar” el caudal electoral del movimiento.
No obstante, subraya que Ruptura, como organización política nacional, tiene la obligación de presentar al país una propuesta seria y una alternativa electoral a la del Gobierno y de la oposición.
Más aún, después de haber sorteado con éxito la verificación de adhesiones del Consejo Nacional Electoral (CNE), después del escándalo de las firmas falsas de finales de julio.
“Así tiene que ser nuestra tarea: no se pueden tomar decisiones basados en resultados”, agrega la asambleísta Romo.
El sábado 10 de noviembre, en la capital, la convención nacional del movimiento definirá su carta presidencial de entre dos cuadros: Norman Wray y Francisco Jiménez (ver fichas).
Desde la organización hay conciencia de que las opciones electorales de cualquiera de los dos cuadros son mínimas.
Las razones: ninguno de los dos aparece en las mediciones electorales de encuestadora alguna y, además, se enfrentarán ante la maquinaria electoral y estatal que apoya la reelección del presidente de la República, Rafael Correa, candidato a la reelección.
Si bien Wray dice que van mentalizados a ganar en la elección presidencial, enfatiza que el objetivo principal de su movimiento, Ruptura, en las próximas elecciones es otro. Esto es consolidarse y visibilizarse a escala nacional, como una opción real de poder.
“Comprendemos que estamos caminando y que es un proceso de construcción de mediano y largo plazo”, dice el concejal Wray, al desdramatizar un posible revés electoral.
Del mismo modo se expresa el general y ex alcalde de Quito, Paco Moncayo, asambleísta que se adhirió a Ruptura y que casi con seguridad será otra vez candidato al Parlamento.
“La lucha se la da de distintas maneras y no solo con la opción de ganar la totalidad del poder, sino participando como una oposición seria y responsable”.
La cautela de Ruptura al hablar de las presidenciales contrasta con la confianza que tiene para la elección de asambleístas.
En efecto, para esa dignidad, es donde la dirigencia de este movimiento tiene depositada la confianza de conseguir los mejores resultados electorales.
Para el efecto, recurrirán a varios de sus propios cuadros, así como a otros políticos que se han adherido en las últimas semanas.
Así por ejemplo, en Pichincha, María Paula Romo y la asambleísta Betty Amores (ex Alianza País) son dos cartas fuertes que se confirmarán en la convención a desarrollarse el 10 de noviembre.
Ambas eran dos de las figuras del oficialismo, integraron las comisiones consideradas clave en la Asamblea, antes de decidir separarse de Alianza País.
En Azuay, la agrupación Ruptura también tiene sembradas sus esperanzas. Más aún cuando en las últimas elecciones locales colocó a tres ediles en el Concejo Municipal de Cuenca.
De ellas destaca María Cecilia Alvarado, hermana de Roxana, asambleísta de la bancada oficialista y directiva del movimiento.
A ese grupo se sumaría Felipe Abril, ex delegado regional de la Secretaría de Transparencia.
Mientras que en Tungurahua, la agrupación confía en que el ex gobernador Juan Francisco Mora consiga una de las cuatro curules destinadas a esa provincia.
“Cada elección será una prueba desafiante. No somos un movimiento para una elección, sino para el futuro”, concluye Romo.
Norman Wray
Concejal. Posible candidato a la Presidencia.
Tiene 42 años. Es doctor en jurisprudencia, con un diplomado en gobernabilidad y democracia ambiental. Fue asambleísta constituyente por A. País. En el 2009 fue elegido concejal de Quito por la lista oficialista. Es Presidente de la Comisión de la Comisión de Equidad Social y de Género del Municipio de Quito.
Francisco Jiménez
Ex Gobernador. Posible candidato a la Presidencia.
Abogado con diplomados en derecho comparado y derecho internacional privado. Ha desempeñado cargos como subsecretario de Desarrollo Organizacional del Ministerio de Gobierno y ex secretario general del extinto Tribunal Electoral del Guayas. También fue gobernador de la provincia de Guayas.
María Paula Romo
Asambleísta. Terciará por la reelección.
En el 2007 fue delegada del presidente Rafael Correa, en la comisión que preparó un proyecto de Constitución. Fue asambleísta constituyente en Montecristi y después resultó elegida como asambleísta por Pichincha en el 2009, también por Alianza País. Presidió la Mesa de Justicia, del 2009 al 2011.
Paco Moncayo
Asambleísta. Buscaría conservar su curul.
Es general en servicio pasivo. Ex legislador por la Izquierda Democrática. Durante dos períodos fue Alcalde de Quito (2000-2009). Es asambleísta de oposición, como parte de la bancada legislativa Alianza Libertad, integrada también por Rafael Dávila, Marco Murillo y Edwin Vaca.
María C. Alvarado
Concejala de Cuenca. Candidata a asambleísta.
Doctora en jurisprudencia, tiene 32 años. Fue asambleísta suplente en la Constituyente por el movimiento Alianza País. Entre el 2008 y el 2009 fue jefa política de Cuenca. En el 2009 fue elegida concejala de Cuenca por el partido oficialista. Es la hermana de la asambleísta del oficialismo, Rosana Alvarado.
Monserrath Tello
Concejala de Cuenca. Buscará una curul.
La concejala es licenciada en Artes Visuales, cuenta con una maestría en historia de América Latina. Es parte del movimiento Ruptura desde hace ocho años, es decir se integró en el 2004 a la agrupación. En las elecciones generales del 2009 fue elegida concejala en el Municipio de Cuenca.
Juan F. Mora
Directivo de Ruptura. Candidato a legislador.
En agosto del 2009, este integrante del movimiento Ruptura fue posesionado como Gobernador de la provincia de Tungurahua. Se mantuvo al frente de ese cargo hasta enero del 2011, cuando se rompió el acuerdo con Alianza País. Actualmente es el candidato por Tungurahua a la Asamblea Nacional.
Betty Amores
Asambleísta. Sería candidata a la reelección.
Fue Subsecretaria de Trabajo entre mayo y agosto del 2005. También dirigió el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social. Ex fundadora del movimiento Alianza País. Fue asambleísta constituyente en Montecristi y en el 2009 volvió a ser elegida como legisladora. Se separó del Gobierno en el 2011.