Roque Sevilla cree que Augusto Barrera debe separar sus roles. Confundir su papel de Alcalde con el de militante de A. País afecta a su liderazgo.
HOJA DE VIDA
¿Quién es? Empresario turístico, político y ambientalista. Fue concejal, constituyente en 1998 y Alcalde de Quito hasta mayo del 2000, por la DP. Estuvo al frente de la Iniciativa Yasuní -ITT hasta enero del 2010.
Su punto de vista. El presidente Correa propició, el 5 de mayo, un lamentable incidente que afectó la imagen de Augusto Barrera, demostró su debilidad política como Alcalde y la poca autonomía del Cabildo .
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¿Vio el enlace donde el presidente Rafael Correa dijo que el nuevo aeropuerto debe llamarse Mariscal Sucre?
Me dio mucha pena esa imagen, por lo que representa la majestad del cargo de Alcalde. No es justo con él haber pasado por esa circunstancia.
¿Por qué?
Él (Augusto Barrera) fue como partidario a una reunión política donde lo abuchearon. El propio Presidente incentivó, casi de manera humorística, el reclamo.
¿Usted toma a mal el gesto del presidente Correa?
Es la dignidad del cargo de Alcalde. Él no está asistiendo allí como persona, sino como Alcalde, y le están reclamando por su función pública. Barrera estuvo en ese escenario al nivel de la comunidad. No se le invitó a pasar a la mesa directiva para dar su explicación. Y hago notar que estoy de acuerdo con Correa en que no se cambie el nombre al aeropuerto.
¿Entonces?
Tiene que ver con la dignidad y la majestad de un cargo, con la ciudad y eso duele a los quiteños. Siempre los alcaldes ocuparon un sitial de respeto e importancia enormes. Para los 2,5 millones de quiteños, un alcalde es el líder. Me preocupa sentir que no hay ese liderazgo. La imagen de un Alcalde que se justifica en la platea ante el Presidente dice mucho.
¿El Alcalde es el responsable de lo que pasó?
El Alcalde tiene todo el derecho de coincidir con la revolución ciudadana. Pero dar explicaciones en una reunión como esta, y en calidad de uno más de los asistentes a la sabatina, es inaceptable.
Pero Barrera dijo allí que el concurso iba a continuar.
Pero confundir su rol de militante y de Alcalde es un error y las consecuencias de ello resultan circunstanciales. Él tiene que responder ante el Concejo no ante el Presidente de la República.
¿No es más reprochable el gesto de Correa? Él rechaza los exhortos de la Asamblea pero sí puede opinar en los temas municipales.
El Presidente pudo haber hecho lo que hicimos los ex alcaldes, expresar una opinión, pero no atentar contra la majestad del cargo de Alcalde de Quito, en un acto público y de desventaja, porque la gente de atrás lo abucheaba.
Más allá de ese incidente, el Concejo, que debe cobijar a Barrera, decidió realizar otro concurso para que compitieran los nombres de Mitad del Mundo y Mariscal Sucre.
La comisión de concejales que pone los nombres a las vías, parques y a la infraestructura pública debió haber impulsado ese debate y propuesto los cambios al Concejo. Pero se saltaron los procedimientos e inventaron esta consulta por Internet que no está prevista ni regulada. Si eso pasó hace dos meses, ¿por qué el presidente de esa comisión o los concejales no reclamaron antes al Alcalde?
¿Esa comisión nunca respondió la carta de los ex alcaldes pidiendo que se mantuviera el nombre original?
Nunca recibimos respuesta a pesar de que seis ex alcaldes de Quito sí somos representativos. Pero el Cabildo se pronunció luego de que Correa tocara el tema.
¿Eso le preocupa?
Porque es una nueva señal de la falta de independencia y autonomía del Municipio. En nuestra carta fuimos respetuosos con el Alcalde, pues junto al de Guayaquil, ellos son las segundas autoridades políticas más importantes después del Presidente.
Correa, hace un mes, dijo que en los terrenos del viejo aeropuerto se hará un complejo ministerial y hace un año impuso la pregunta para prohibir las corridas sin debatir con el Alcalde.
Estos son los síntomas de la pérdida total de autonomía del Cabildo, de la falta de liderazgo del Alcalde y de sentirnos, como quiteños, que no hay un líder. ¿Si el Presidente no es el que decide, no pasa nada? ¿Y nuestras autoridades? El Municipio de Quito siempre ha sido severo.
¿En Quito es preferible ser alcalde de oposición que alcalde de Gobierno?
Hay que ser alcalde de Gobierno cuando toca hacerlo pero con dignidad y entera identificación de quién es jefe de qué. Por la presión de Carondelet, hay varias cosas que están fuera de foco. Se doblega a la Alcaldía y esta acepta.
¿Por ejemplo?
La construcción de la sede de Unasur en la Mitad del Mundo va en contra de todas las normas urbanas de San Antonio de Pichincha. El Fondo de Salvamento de la ciudad fue eliminado y el alcalde Barrera no lo impidió. Los quiteños, con nuestro dinero, restauramos el viejo hospital Eugenio Espejo y Paco Moncayo hizo el Centro de Convenciones. Luego, Correa ordenó que el inmueble regresara al Ministerio de Salud sin compensación alguna.
¿Y la pregunta de los toros?
Batió récord mundial por la falta de debate en el Cabildo. Uno puede estar de acuerdo o no en esa fiesta, pero la decisión digna debió tomarla el Cabildo, como lo hizo Cuenca. Pero no, la pregunta salió de Carondelet y todo quedó en un híbrido irracional.
Barrera dijo que organizar una corrida sin muerte del animal fue apelar a la tolerancia y a la convivencia…
¿Tolerancia? Había que respetar la decisión de la consulta y eliminar las corridas, no es que solo quitar una partecita. O se hacía la corrida con todos los cánones…
¿Las acciones de Carondelet demuestran falta de tolerancia y espíritu democrático frente a la ciudad?
La personalidad del Presidente, así como tiene una energía fabulosa, es avasalladora y no conoce los límites del poder . Eso pasa con la Asamblea, con el Poder Judicial, con la ciudad de Quito…
Y con la iniciativa Yasuní-ITT que usted lideró.
Esa fue una decisión gubernamental que Correa tomó, haya sido correcta o incorrecta.
El Presidente lo desautorizó a Ud. en una sabatina.
Claro, pero estaba en su ámbito de acción. Yo fui nombrado por decreto como delegado y presidente de esa comisión y él estaba en su derecho de desautorizarme. Otra cosa es que yo hubiese seguido en la comisión como ocurre con otros ministros que terminan reciclados. O que, como pasa en Quito, que haya la sensación de que no tenemos un liderazgo y que el destino de la ciudad no dependa de lo que decida nuestro Alcalde sino el Presidente.
¿La actitud de Correa, su insistente aclaración de que ha dado millones de dólares a la ciudad, reflejan su insatisfacción por los resultados que refleja la gestión municipal?
Puede ser. Se escucha constantemente que a Alianza País le afecta esa falta de liderazgo.
¿Correa está perjudicando la imagen de su coideario?
Es que hay una realidad en torno a ello. A septiembre del año pasado se había gastado el 40% del presupuesto. Eso demuestra una incapacidad de gestión. Hay cómo hacer mucho más.
Barrera apunta a un argumento central. Dice que muchas de las necesidades de Quito son por cosas que ustedes dejaron de hacer . La Simón Bolívar de Jamil Mahuad, mal diseñada, los corredores viales de Paco Moncayo, sin negociar con los choferes. ¿Por qué usted, cuando hizo la ecovía, no soterró los cables aéreos?
El líder extraordinario no habla de los antecesores sino de lo que él puede hacer. Cuando pasan casi tres años de gestión todo lo demás es justificación.
¿Ya es tiempo de ver obras?
Claro, yo fui alcalde dos años y en qué condiciones políticas y económicas. Recibí el Municipio con USD 154 millones de presupuesto que, con la devaluación, se redujeron a 54. Hoy el Cabildo tiene USD 800 millones. Soy consciente de que la ciudad ahora es mucho más compleja y que Quito depende de todos. Pero Barrera tiene que convocar.
¿Y dejar de lado su agenda partidista para, por ejemplo, no desviar las marchas indígenas de marzo?
Esas son cosas marginales.
¿Mahuad le pidió a usted que desviara las marchas?
Qué va, yo me dediqué a ser alcalde de esta ciudad.
Una cosa es ser alcalde cercano a un presidente consumido por la crisis de 1999, otra ser alcalde de Correa.
Hay que saber enfrentar la vorágine de un presidente con la energía de Correa y su prepotencia. Jaime Nebot es de oposición y ha sabido negociar y ponerse firme.
¿No le parece que la pelea de los dos es pura pantalla?
Probablemente, pero esa es la habilidad de Nebot.
Más bien es falta de transparencia. Nebot armó relajo por una estatua pero calló durante la consulta popular.
Capaz y es un tongo. Pero la obra en Guayaquil se nota.
La apuesta de Barrera es el metro. Ya están los estudios.
Hace más de un año, el Alcalde hizo una gran explicación de las 14 grandes obras de Quito con una inversión de USD 1 300 millones. Un año después, Germánico Pinto explicó al Concejo que de todas ellas solo estaba en ejecución una, las otras en estudio.
¿El metro es una golondrina que no hace verano?
Yo creo en el metro, apoyo al Alcalde en el proyecto y espero que lo ejecute, pero rápido.
¿Es más fácil hacer un aeropuerto que un metro?
Claro, mucho más elemental.
Pero 10 años después aún no tenemos aeropuerto. ¿Fue un error no haber adecuado el actual y punto?
Viendo en retrospectiva y pensando en la facilidad del turista para entrar en esta ciudad, el único aeropuerto internacional debiera estar en Manta por su estratégica posición en la costa pacífica del continente. Y de allí se podían distribuir vuelos cortos a Quito y Guayaquil. Eso se hace en países como Alemania.
Teme que el proyecto del metro no concluya.
Así como están las cosas, tengo mucho temor. Construir un metro es un desafío y se necesita espíritu de riesgo, liderazgo y gestión. Porque obras como esta generan muchas incomodidades.
Serán incomodidades para A. País en un año electoral.
El Alcalde tendrá que comunicarlas y, con rapidez, hacer obras paliativas paralelas.
¿Cómo negociar con los transportistas?
Esa y muchas más, como volver esta ciudad para ciclistas.
¿A usted le tienta la Alcaldía en el 2014?
Ya fui Alcalde y cumplí con la ciudad. A mí me atrae eso, pero soy objetivo y realista con las circunstancias electorales.
¿No cree que Correa, por su personalidad, sería en el futuro un buen alcalde?
Probablemente, es un ejecutor extraordinario. Febres Cordero, que para mí no fue buen presidente, hizo una gran Alcaldía.
¿Lo estamos desperdiciando en Carondelet?
No lo sé, pregúntenle a él.