En el parque La Cascarilla, al norte de la ciudad de Loja, llegaron los marchistas para descansar, a las 15:00. Allí se les sirvió alimentación que consistía en una funda de mote con una tajada de queso o una presa de pollo cocinado.
Previo a eso María Bacancela, de la etnia indígena Saraguro, realizó el ritual de la alimentación. Se bendijo mote, queso y chicha para servirlos a los ciudadanos de Zamora, que llegaron con la marcha.
Unas 500 personas se sirvieron este alimento. Descansaron unos 40 minutos y continuaron su recorrido.
Caminaron por 36 cuadras de la ciudad de Loja. En su recorrido llegaron hasta la plaza de central de la Catedral. La comitiva fue resguardada por 100 uniformados. El monigote de la “vaca y su ternero”, en forma de alcancía encabezó el recorrido. Ciudadanos a su paso colocaban su contribución.
Al llegar al Parque Bolívar a las 17:15, los dirigentes de la marcha se instalaron y empezaron sus discursos. En ellos se reflejaba la satisfacción de haber llegado hasta ese lugar.
En su momento Salvador Quispe, prefecto de Zamora Chinchipe, dijo que a pesar de los obstáculos que les pone el Gobierno no los detendrán y seguirán su camino trazado. Para mañana se prevé que lleguen al cantón Saraguro.
Luego de 60 minutos de discursos se quemó un monigote. Era una máquina retroexcavadora como símbolo de la minería a cielo abierto. En el se escribieron los nombres de las empresas mineras que se les ha permitido la explotación en el Oriente ecuatoriano.