La revolución sin ciudadanos

Parece que por aquí no ha pasado ninguna revolución ciudadana o nada que se le parezca. Al menos en Quito, donde una encuesta hecha por un organismo dirigido por Antana Mokus deja ver que los niveles de ciudadanía están por los suelos.

Según este estudio, los quiteños son ejemplo de la intolerancia. Tres de cada cuatro quiteños no quisieran tener de vecinos a una prostituta o un homosexual. Y cuatro de cada 10 no desearían tener en su barrio a colombianos, rockeros y cubanos.

No solo eso. Entre varias ciudades del continente analizadas por la ONG de Mokus, Quito tiene la mayor disposición para desobedecer las leyes y la mayor predisposición al linchamiento. Y por si fuera poco, el estudio arroja que el índice de muertos por accidentalidad vial es alto. Mientras en Bogotá hay 8 ó 9 muertes por accidentes de tránsito por cada 100 000 habitantes, en Quito hubo 19 en el 2009.

¿Es esta la sociedad que nos prometieron los evangelistas de la revolución ciudadana? ¿Son estos los ciudadanos que se suponían iban a surgir de aquella refundación de la patria? ¿Son estos partidarios del linchamiento los hombres con lo que se suponía se iba a construir el nuevo país?

El peso de este tenebroso cuadro debe recaer en los hombros de todos quienes no han hecho nada para construir una sólida ciudadanía. Lo triste es que a este término lo prostituyeron y comercializaron hasta la saciedad.

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