Una revolución que cambió la política

Enrique Ayala Mora en su libro ‘Historia de la revolución liberal ecuatoriana’ afirma que el 5 de junio de 1895 es una de las grandes fechas del Ecuador. Representa el inicio de la transformación más importante que ha sufrido el país y el triunfo de Eloy Alfaro, máximo figura del proceso, que dominó la vida política de la nación durante alrededor de 20 años.Alfaro, nacido en Montecristi, mostró su capacidad de liderazgo desde joven. En 1864 ya participó de un pronunciamiento contra García Moreno. En una acta escrita el 5 de junio de 1895 se señala que se resolvió desconocer la Constitución de 1883 y el Gobierno presidido por Vicente Lucio Salazar. Además nombrar como jefe supremo y general en jefe del Ejército a Eloy Alfaro.El investigador Francisco Rhon, del Centro Andino de Acción Popular, dice que el liberalismo restaura los espacios de libertad logrados desde la Revolución Francesa, que más tarde se instauraron como derechos humanos en 1996.En lo fundamental dio paso al respeto a la libertad de las personas, a la separación entre el Estado y la iglesia, la instauración del estado laico, no antiiglesia.Rhon hace grandes diferencias. Por ejemplo, recuerda que García Moreno, en su mandato, declaró que el Corazón de Jesús era el inspirador y el patrono del estado ecuatoriano.Para el sociólogo, con la Revolución Liberal se instaura la posibilidad del juego de los individuos respecto a una economía liberal, la propiedad privada. Además se le encaminó al país a algo que le costó desarrollar durante más de un siglo: la constitución de un estado moderno, con la separación de los tres poderes, el juego de la representación, las elecciones.En cuanto al desenvolvimiento del Partido Liberal Radical Ecuatoriano (PLRC), Rhon dice que este ha tenido vaivenes por las formas de liderazgo y su posición respecto al mundo moderno. Dice que si bien la revolución abrió el paso a la construcción del estado moderno, habrá que ver si el partido fue suficientemente vigoroso para responder a los cambios, pues ya no se vive el bipartidismo, que compartió con el conservadurismo.

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