Entrevista a Felipe Burbano de Lara, académico de la Flacso.
Los pedidos de revocatoria del mandato a los funcionarios de elección popular han aumentado en el Consejo Nacional Electoral. ¿Es un recurso útil para la democracia en el Ecuador?Conceptualmente, la revocatoria del mandato define la idea de que los ciudadanos son -en última instancia- los depositarios de la soberanía política. En principio es un mecanismo que trata de sujetar la representación de los gobernantes. Pero en un país tan heterogéneo, diverso y fragmentado, pienso que la revocatoria de mandato, puede convertirse en un elemento que alimenta la inestabilidad gubernamental en todos los niveles.
¿Entonces habría inestabilidad democrática?
Alimenta la inestabilidad y pone siempre a la política en la lógica no tanto de las rectificaciones de los gobernantes, sino de la confrontación.
A través de este mecanismo, de alguna forma, se institucionalizan los golpes de Estado recurrentes.
Es un mecanismo que lleva a la desestabilización política de los años anteriores por otras vías. Esa inestabilidad de los últimos años ha tenido razones de peso, creo yo, para que los movimientos sociales protesten y expresen en las calles su desaprobación a los gobiernos, como paso previo a las otras formas de revocatoria.
Los alcaldes del país están preocupados por el recurso y piden que se establezcan casuales para la revocatoria.
Sería una forma de enredar el mecanismo de revocatoria de mandato y volverlo muy poco práctico en términos de las posibilidades de utilizarlo. Mientras más abierto y menos reglamentado esté, es más fácil aplicarlo.
¿Está siendo utilizado por la oposición?
El problema es cómo se utilizan estos mecanismos en un país con poca cultura democrática, puede ser instrumentalizado por la oposición, que apela a esta vía para generar procesos de desestabilización.
¿Les preocupa a los alcaldes dejar sus cargos?
En el caso de los alcaldes que han ganado con pequeños márgenes, la revocatoria es un instrumento poderosísimo que tiene la oposición para deshacerse de ese rival que ganó en elecciones.
Con sus propuestas, entonces, los alcaldes quieren blindase de los ciudadanos.
Quieren blindarse frente a un mecanismo muy abierto que no tiene ninguna condición salvo recoger un número de firmas y finalmente ganar el referéndum. Deberían establecer un porcentaje más alto de firmas, volverlo un mecanismo más exigente para que refleje un malestar profundo en la ciudadanía, frente a determinados gobernantes. Pero si se le enreda mucho, entonces deja de ser un instrumento que pueda ser utilizado la gente.
¿Puede ser una revocatoria política más que ciudadana?
Claro, revocatorias que están pensadas por intereses partidistas, corporativistas, con capacidad de movilizar a la ciudadanía hacia sus objetivos políticos. Siempre hay el riesgo de que estos mecanismos puedan ser manipulados y distorsionados.
Los pedidos de revocatoria aumentan. Solo en alcaldes hasta anteayer sumaban 37.
Puede ser una forma de chantaje político de diferentes sectores, de amanenazarle a un funcionario, la oposición percibe que está débil, una posición frágil de la autoridad política, no sé si sea una moda o se auna consecuencia de toda esta retórica política que ha sido utilizada por la revolución ciudadana. Tampoco hay que negar la posibilidad de que la revocatoria sea un instrumento que puedan apelar los ciudadanos para exigir cambios de funcionarios cuando no cumplen con requisitos.
¿Esa participación ciudadana promovida por el Gobierno no se le está volcando en su contra? La mayoría de alcaldes impugnados son del movimiento oficialista.
Se le vuelve en contra en la medida que Alianza País es un Gobierno. Siempre me pareció que el discurso de la democracia participativa, que devuelve a los ciudadanos instrumentos de gestión política, ahora se ha invertido la posición y Alianza País es un gobierno que se enfrenta a los ciudadanos que disponen de unos instrumentos peligrosos para su estabilidad en el poder.
¿Cree que le revocatoria le beneficia al presidente Rafael Correa?
Correa tiene un capital político muy grande y sólido. Cuenta -como todo gobernante- eventualmente con el soporte de una infraestructura política gigantesca que viene del Gobierno, del Municipio, del Consejo Provincial. Puede movilizar todo ese aparato para defenderse en el poder. En el caso de Correa, el Estado es la base de su defensa.
¿Entonces, Carlos Vera tiene un punto en contra en su plan de revocatoria?
Es llevarle al terreno en el cual, Correa ha mostrado gran habilidad y gran capacidad de actuación, ha ganado las últimas seis elecciones. Correa es un Presidente que goza de enorme popularidad, cuenta con el respaldo de la infraestructura política estatal y, además, la revocatoria coloca la política en esta lógica plebiscitaria, “sí o no”. La lógica de la oposición era la que se movía en otros planos, en los movimientos sociales, en la asamblea pero tuvieron muchas contradicciones.