Revista Vanguardia sufrió otro embargo

Tras el allanamiento de las instalaciones de la revista Vanguardia. En el operativo fue detenido el asesor jurídico del medio. Foto: EL COMERCIO

Ayer, a las 15:10, personal del Ministerio de Relaciones Laborales y de la Policía ingresó a las instalaciones de Revista Vanguardia ubicada en la avenida Eloy Alfaro y José Puertas, en el norte de Quito.
“¿Todos trabajan en la Revista?”, preguntó uno de los funcionarios de la cartera de Estado. Periodistas, diseñadores y personal administrativo, que en ese momento se encontraba allí, respondieron afirmativamente y fueron retirados de sus puestos y la Policía y personal de la cartera de Estado, se incautó de computadoras, muebles y pertenencias de la revista. Además, no permitieron que los periodistas guarden respaldos de sus investigaciones.
A partir de las 17:00, en la Unión Nacional de Periodistas (UNP), Iván Flores, editor general, Juan Carlos Calderón, director de Vanguardia y el equipo periodístico de la revista, dieron su punto de vista de lo sucedido.
Flores explicó que la orden de allanamiento responde a una deuda laboral por USD 20 800, razón por la cual se abría aplicado la coactiva. Él explicó que las personas (Policía y personal del Ministerio) irrumpieron en las instalaciones y se llevaron, en primera instancia, todas las computadoras de los periodistas y diseñadores.
“La información que está ahí no les pertenece. Eso es de la revista y de nuestros lectores”, dijo el editor general de Vanguardia.
“¿Creen que esta medida se tomó porque ustedes, como revista, son un medio de oposición?”, fue una de las preguntas.
Flores contestó que Vanguardia no es revista de oposición. Es un producto que prioriza investigación y análisis prospectivo.
A pesar de que ya no cuentan con los equipos, Juan Carlos Calderón, manifestó que los trabajos en Vanguardia van a continuar. “Vamos a seguir haciendo periodismo”. Prueba de eso, al final de la rueda de prensa, el personal de diseño y los periodistas mantuvieron una reunión, en una de las mesas de la UNP. Allí, Calderón se disculpó por el mal momento que tuvieron que pasar y empezaron a detallar el plan de contingencia para sacar el próximo número de la revista. Aún no se define cómo van a sacar a flote la siguiente edición, “pero trabajarán desde sus casas si es necesario”, dijo Calderón.
Hay que recordar que esta es la tercera vez que los equipos y la información de los periodistas se pierde. En el 2009, por ejemplo, ladrones ingresaron a las instalaciones de Vanguardia y solo se llevaron las computadoras de los periodistas. En diciembre del 2010, por supueso incumplimiento de contrato de arrendamiento, también recibieron un embargo por parte del Fideicomiso AGD-CFN No Más Impunidad, del cual no pudieron recuperar los equipos ni la información.
Este Diario solicitó confirmación sobre el cierre de la revista, sustentato en una supuesta deuda laboral, al departamento de Comunicación del Ministerio de Relaciones Laborales y la respuesta que dieron fue que no pueden dar detalles al respecto del tema por no ser voces oficiales. Allí se indicó, además, que cuando tengan la respuesta oficial se hará llegar a todos los medios de comunicación.