La tarea de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y de sus relatorías no genera malestar solo a Ecuador.
Sus informes sobre la situación de los DD.HH., las medidas cautelares que dicta frente a atropellos de los Estados y las alertas sobre el deterioro de la libertad de expresión en algunos países.
Esos son los tres factores claves que motivaron a otros países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) a empujar las reformas a la CIDH, que aún no son vinculantes.
Movidos por distintos intereses, varios miembros de la OEA vieron en el debate de las reformas a la CIDH una puerta abierta para buscar cambiar aquellos aspectos que les resulta incómodos.
Gustavo Gallón, director de la Comisión Colombiana de Juristas, señala que mientras a Ecuador le molestaba la Relatoría de Libertad de Expresión, a su país le inquieta la lista ‘negra’ de países que despiertan preocupación en DD.HH., que está en el Capítulo IV del informe anual de la CIDH.
“La mejor manera de salir del capítulo IV es mejorando la situación de derechos humanos, no eliminando la supervisión”, dice.
Otros países como Venezuela o Perú también están molestos con la CIDH, por considerar que ha interferido en asuntos locales. En menor medida lo ha hecho Brasil, que también creyó necesario realizar modificaciones al Sistema Interamericano de DD.HH.
Esta suma de intereses se combinó en el Consejo Permanente de la OEA, hasta plasmarse en las recomendaciones, que deben pasar por la Asamblea General de la OEA para su aprobación.
A continuación, un repaso de los motivos por los cuales la CIDH se convirtió incómoda para seis países del hemisferio americano.
Seis países que han tensado sus relaciones con la CIDH y sus relatorías
Rafael Correa
Presidente del Ecuador
Las críticas de Ecuador arreciaron cuando las denuncias de abusos contra la prensa fueron llevados hasta la sede de la CIDH, en Washington. Allí se ventilaron los juicios a El Universo, a los autores y los ataques a periodistas a través de cadenas. A partir de ahí crecieron los cuestionamientos al organismo y se extendieron a la Relatoría Especial de Libertad de Expresión, que ha cuestionado el contenido del proyecto de ley de comunicación.
Ollanta Humala
Presidente del Perú
El Gobierno del Perú se siente incómodo con la CIDH. Su molestia reside en que la Comisión demandó al Estado ante la Corte Interamericana. La razón: el incumplimiento en la búsqueda y sanción de los responsables por las presuntas ejecuciones extrajudiciales cometidas tras el rescate militar de 71 rehenes del Movimiento Túpac Amaru, en 1997, en la Embajada del Japón. Perú señala que el caso aún se ventila en la Justicia local.
Hugo Chávez
Presidente de Venezuela
La relación Venezuela-CIDH se ha deteriorado en los 12 años en el poder de Hugo Chávez. Su Gobierno sostiene que el organismo supuestamente no resuelve con imparcialidad las denuncias de violaciones de DD.HH. Los números de la CIDH señalan que hay un total de 57 casos en trámite procedentes de Venezuela. En este contexto, los órganos judiciales venezolanos han cuestionado los fallos de la CIDH y su aplicación en ese país.
Juan Manuel Santos
Presidente de Colombia
Por años a Colombia le preocupa el Capítulo IV del informe anual de la CIDH, dedicado a los países del hemisferio que mayor preocupación despiertan en DD.HH. En ese acápite se hace un diagnóstico de la situación y formula recomendaciones especiales. Por ello, fue uno de los países que solicitó que se cambie la metodología de ese informe. La mayoría de casos de violaciones a DD.HH. está vinculada al conflicto interno.
Dilma Rousseff
Presidenta de Brasil
La relación entre Brasil y la CIDH se enfrió el año pasado. Todo comenzó cuando el organismo solicitó a la administración de Dilma Rousseff que, como medida cautelar, suspenda las obras para la construcción de una represa. También que haga consultas con las comunidades que se sienten afectadas y que presente un estudio de impacto ambiental de esa obra. Desde entonces Brasil ha visto con buenos ojos los cambios a la CIDH.
Felipe Calderón
Presidente de México
México recibe con frecuencia llamados de atención del Sistema Interamericano. Por ejemplo, el año pasado condenó el asesinato de Javier Torres Cruz, activista social, exigiendo al Estado que aclare el caso. Mientras que la Relatoría para la Libertad de Expresión alertó del asesinato sistemático a periodistas. La mayoría está relacionada con la violencia interna de grupos armados. Entre el 2000 y 2010, 75 periodistas fueron asesinados.