El presidente del Directorio del Seguro Social, Ramiro González, prende varias alertas frente al proyecto de que las mujeres se jubilen con menos edad.
¿Cuánta demagogia hay en la promesa de seguridad social para todas las amas de casa y jubilación temprana a las mujeres que trabajan?
Existe demagogia por dos lados: por lo social y por lo económico.
¿Por qué en lo social?
Porque las bajas pensiones que tenemos actualmente, aunque nosotros las subimos de USD 40 a 135, siguen siendo escasas.
¿Y en lo económico?
Después de los cálculos que hemos hecho, en el mejor de los casos la mujer que se jubilara temprano recibiría 180 dólares.
Y eso no es digno para quien está en su mejor momento de productividad…
Claro que no. Mucho peor si consideramos que la expectativa de vida de la mujer ahora es de 78 años, tres más que el hombre.
Insistimos: ¿hay demagogia en el proyecto?
Creo que no se han hecho los estudios adecuados.
¿En Montecristi también hubo demagogia? Cuando se hizo la Constitución también se habló mucho de este tema, pero cuatro años después el oficialismo tampoco ha cumplido su oferta.
En Montecristi hablamos solamente del ama de casa.
¿Y?
Justamente ahora estamos trabajando en ese proyecto.
¿Cuatro años después?
En la Constitución quedó claro que este beneficio sería progresivo, no inmediato.
Finalmente, otro bono…
Un subsidio…
¿De cuánto?
Se están haciendo los cálculos actuariales (reserva de dinero para sostener el IESS a futuro).
¿Y eso se sumará al Bono de Desarrollo Humano?
No, es complementario. No es que las mujeres van a recibir las dos bonificaciones. Lo nuevo será una pensión jubilar para mujeres mayores de 60 años.
¿Para toda ama de casa o solo para las mujeres pobres?
Para todas las amas de c asa.
¿Cuántas amas de casa existen en el Ecuador?
No tengo ese dato.
Pero para planificar el monto hay que saber el dato.
Por eso les digo que estamos realizando esos estudios.
¿Cuándo estará?
Nos piden “para ayer”, pero al menos en un mes más no estará listo el proyecto.
¿Por qué la demora, si fue un ofrecimiento del oficialismo en Montecristi?
Sí, sí, claro. Se lo va a cumplir.
Cuatro años después…
Miren, el tema de la Seguridad Social, en todas partes del mundo, es muy complejo. En Chile duró 10 años, en España, 12…
Pero este Gobierno se califica como rápido y eficiente para cumplir sus proyectos…
Es que esto tenemos que hacerlo con mucha sapiencia porque atañe al futuro de más de la mitad de la población.
No es comprensible que se esté haciendo un plan para sustentar fondos si ni siquiera se conoce el número de amas de casa que existen en todo el país.
Tengo que aclarar que este aporte estatal para las amas de casa no será del Seguro Social.
Entonces, ¿de quién?
Del Gobierno, del Ministerio de Inclusión Social. Nosotros no nos meteremos en eso.
Es decir, no será un seguro social para las amas de casa.
Es un seguro social que no será administrado por el IESS, porque no es contributivo.
No se entiende lo que quiere el Estado. ¿Se le da o no se le da al ama de casa la oportunidad de que cuente con los servicios del IESS? ¿Existirá o no afiliación al IESS para las amas de casa?
Habrá afiliación. Lo que estamos analizando es si la hacemos obligatoria o voluntaria para que sea el cónyuge quien la afilie según los niveles de remuneración del afiliado. Sería una aportación de la familia. Estamos haciendo una escala para eso.
¿Hay dos proyectos, uno del Gobierno y otro del IESS?
Estamos hablando de la Ley de la Seguridad Social ecuatoriana, no del IESS. Están involucrados todos los seguros sociales del Estado y los no contributivos. Sobre estos últimos estamos debatiendo, pero en este tema el IESS no se mete ni hará contribución.
¿Aunque sí lo harán los afiliados entregando parte de sus aportes a sus esposas para que ellas puedan acceder a las prestaciones?
Exactamente.
¿Desde cuándo?
Cuando se apruebe la nueva ley, que Dios mediante la presentaremos en unos dos o tres meses.
¿Irá a la Asamblea y se la aprobará rápidamente?
No quisiera que fuera así. Mi deseo es que esta sea la primera ley que antes de que llegue al Legislativo sea socializada en todos los sectores del país. Que sea, de verdad, un acuerdo nacional.
¿Qué otros cambios habrá en la Seguridad Social con la nueva ley?
No, no, no. Si les cuento ya no habrá sorpresa.
¿Pero no dice usted que quiere socializar?
Sí, pero cuando esté consolidada y completa.
Sobre las amas de casa, ¿lo que usted nos está diciendo es que ni el Estado ni el IESS asumirán el aporte, sino el afiliado sacando el dinero de su bolsillo?
No, no, no. Hay amas de casa muy pobres cuyos maridos no tendrían para cubrir esa afiliación. En esos casos, el Estado les dará una pensión jubilar.
¿Otro bono?
Otro bono. Ahora, hay jefes de familia que ganan bien y que pueden aportar. Lo que quiero decir es que ellos contribuyan con un porcentaje y el Estado contribuirá con otro. No estamos sacando nada más del bolsillo del afiliado.
¿Por qué el ciudadano común tiene que cargar con el peso de lo que ofrecieron los constituyentes en Montecristi? ¿Por qué no se pensó primero en que el Estado debía contar con todos los recursos suficientes ?
Es que si no tendría que hacerlo todo el Estado.
Eso es una contradicción, se supone que estamos bajo un Gobierno que quiere que todo lo haga el Estado.
Pero los recursos del Estado no son infinitos.
Tampoco los recursos de los ciudadanos…
Pero la familia tendrá ventajas que no tenía antes. Atención médica, prestaciones… La Seguridad Social no es más que un ahorro que uno hace para cuando deja de ser productivo o se enferma.
¿Y cómo atenderán a tantas personas, si hoy el IESS no se alcanza con el actual número de afiliados?
Eso es cierto. Todavía tenemos 200 mil afiliados que no podemos atender debidamente.
¿Y entonces?
Hemos contratado 290 clínicas y desde enero hasta el 30 de agosto de este año hemos operado a 630 mil personas. Aún así no logramos abastecer la demanda.
¿Por qué?
A mejor servicio, mayor demanda. Antes, muy pocos afiliados se imaginaban ir al Seguro para atender su salud o porque tenían que esperar cuatro años. Por eso preferían seguros privados. Hoy vienen a nuestros hospitales.
Y, sin embargo, no alcanza. ¿Qué falta, entonces?
Un sistema de Seguridad Social no se cambia de la noche a la mañana. En ningún país del mundo es así. En Francia, en Alemania y en Suecia el cambio duró por lo menos 10 años.
Eso es lo que ofrecieron el Gobierno y los constituyentes de Montecristi…
Se ofrecieron cambios progresivos, no inmediatos.
Ud. ya va tres años al frente del IESS y el Gobierno ya tiene cinco años en el poder…
En la Seguridad Social ha habido un cambio profundo.
¿Cambios profundos? A ver, díganos en tres líneas esos cambios profundos.
Primero, que deje de ser medicina curativa y sea preventiva. Segundo, que haya hospitales del día en decenas de ciudades. Tercero, una impresionante mejora en infraestructura. Cuarto, incorporar a la empresa privada a esta lucha de dar un mejor servicio a los afiliados a la Seguridad Social.
De acuerdo, pero falta mucho por hacer…
Por supuesto, eso no lo niego. Pero no es un problema ecuatoriano. La atención estatal a la salud en muchos países de Europa es deficitaria. Estuve en España y en Barcelona se estaba discutiendo una ley que no permita que una intervención quirúrgica demore más de tres meses.
Concretamente, en Ecuador, ¿cuál es el problema?
Que no tenemos especialistas. Que todos los médicos quieren vivir en Quito o en Guayaquil. Imagínense que en Guaranda hay un solo especialista. Así no podemos. Es muy difícil.
Volvamos al tema del principio, el de la jubilación temprana para las mujeres trabajadoras y empleadas. ¿Existe demagogia en la propuesta de asambleístas como Nívea Vélez al plantear el proyecto?
Yo creo que no han hecho el estudio técnico necesario para plantear algo así.
¿Y existió demagogia en los asambleístas de Montecristi cuando ofrecieron que el Seguro Social sería universal e incluiría a las amas de casa?
En la Constitución dice claramente que todos estos beneficios serán progresivos.
Sí, pero muchas mujeres ya tienen la expectativa de que la jubilación temprana será una realidad. Y ustedes deben tener una respuesta a todas esas mujeres.
La respuesta es pedirles que nos unamos a un proceso de jubilación y pensiones técnicamente sustentable. La idea es que no salgan de sus trabajos, se jubilen y al final reciban un monto irrisorio que no les permita vivir con dignidad. Que lo hagamos bien hecho.
Al final, el Estado sigue siendo paternalista. Mucho bono, mucha promesa, mucho subsidio, como si los ciudadanos no pudiéramos por nosotros mismos. El Estado nos considera ‘pobrecitos’.
La verdad es que hay una distribución inequitativa de la riqueza en el Ecuador. Hay sectores como los que está atendiendo el Vicepresidente de la República y que estuvieron ocultos durante años. Hay responsabilidad del Estado con sectores de ingresos nulos.
¿Porque eso da votos?
No, porque es nuestra responsabilidad.
Es un discurso político…
Sí, por supuesto. Yo soy político. Y no hay nada de malo en ello.
¿Nada de malo en resolverlo todo con bonos?
Nada de malo.
¿Bonos a cambio de votos? ¿Bonos y votos van juntos?
Bonos y responsabilidad social van juntos.
HOJA DE VIDA
Ramiro González
Su experiencia. Fue militante de la ID, colaboró en el gobierno de Rodrigo Borja. Entre el 2000 y el 2006 fue Prefecto de Pichincha.
Su punto de vista. Propone construir un proceso de jubilación y pensiones técnicamente sustentable en el largo plazo.