En Quito está oficialmente prohibido matar en público al toro de lidia, pero esa restricción no garantiza que el animal conserve su vida.
Una vez que el astado sea lidiado en la Monumental de Iñaquito o en la plaza Belmonte, regresará a los chiqueros. Allí será apuntillado (sacrificado) por el cachetero designado en el coso taurino.
Así lo resolvió ayer el Municipio de Quito, al reformar la Ordenanza Taurina, para aplicar la pregunta 8 de la consulta popular de mayo pasado, planteada por el presidente Rafael Correa.
Lo hizo en una sesión de Concejo tensa, con presencia de defensores y detractores de la fiesta brava. Incluso, ante la posibilidad de protestas, el Palacio Municipal fue acordonado por policías metropolitanos, que impedían el libre acceso a sus instalaciones.
En un debate político que duró menos de una hora, una parte de los concejales criticó a Correa por someter a las urnas el tema taurino, que resulta cercano a Quito.
Entre otras razones, porque lo hizo bajo consideraciones políticas y sin tomar en cuenta los efectos que a futuro tendrá la medida.
El concejal Norman Wray (Ruptura de los 25) fue el primero en cuestionar que un tema “complejo y doloroso” para Quito haya sido planteado desde el Palacio de Carondelet. “El presidente (Correa) no hizo una evaluación sesuda y serena del tema”.
A su juicio, incorporar las corridas de toros en una consulta que fue propuesta para luchar contra la inseguridad terminó por confundir a la ciudad .
Del mismo modo se pronunció el edil Fabricio Villamar (Concertación), quien cuestionó la forma en que se planteó la pregunta 8. “Nos metieron en una consulta tramposa y dividieron a Quito maniqueamente”.
Las intervenciones del alcalde Augusto Barrera y de los concejales del movimiento oficialista A. País se colocaron en el otro lado de la orilla. Tratando de evitar polémicas, dijeron que la pregunta 8 de la consulta solo prohibía la muerte del toro en público, pero no suprimía las corridas de toros.
Por ello hicieron un llamado a la “tolerancia” y respaldaron el texto planteado por el concejal Pablo Ponce, miembro de la Comisión Taurina del Concejo de Quito.
De ahí que el edil Juan Carlos Ocles (A. País) mocionara someter a votación la reforma a la Ordenanza, de forma inmediata.
Trece de los 15 concejales de Quito apoyaron el informe reformatorio de la Comisión Taurina. Los únicos concejales que votaron en contra de la propuesta fue Wray y Denecy Trujillo.
Al votar afirmativamente por la reforma, la concejala Macarena Valarezo recordó a los presentes que el toro, tras la lidia ordinaria, será sacrificado en los corrales de la plaza. De hecho, esa reforma elimina la muerte del toro en el ruedo de plaza, pero mantiene los otros tercios ordinarios de una corrida: las suertes de varas y de banderillas (ver cuadro adjunto).
Otro de los cambios en la norma es que a los diestros ya no se les llama matadores, sino toreros o lidiadores. Y los premios serán con orejas y rabos simbólicos.
En este marco la norma especifica una excepción a la prohibición de matar en público. En caso de que la res quede inutilizada al salir a la arena o durante su lidia, será sacrificada en el ruedo mismo por un cachetero, ya que no podría regresar a los chiqueros.
El Municipio dejó intactas las regulaciones para la empresa que organiza los festejos de la Feria Jesús del Gran Poder.
Críticas a la resolución
La actuación del Cabildo no dejó conformes a taurinos y antitaurinos. Felipe Ogaz, representante del colectivo Diabluma, adelantó que seguirá en la lucha de que se prohíban por completo las corridas de toros. De ahí que señalara que no le “deja tranquilo” la reforma a la Ordenanza.
Santiago Aguilar, analista taurino que ha defendido la fiesta desde la campaña, dijo que lo poco rescatable de la actuación del Municipio es que se mantiene la Feria Jesús del Gran Poder. Pero lamentó que argumentos políticos hayan cercenado una de las partes esenciales de la feria.
Tras el cambio a la Ordenanza, la empresa Citotusa anunció que sigue adelante con la organización de la feria. Su representante, Catalina Chiriboga, anunció que están casi listos los carteles de los nueve festejos, entre el 26 de noviembre y el 6 de diciembre.
Confirmó que los españoles Enrique Ponce y El Fandi, así como el francés Sebastián Castella, serán los soportes del ciclo taurino.