La obra vial y las carreteras han sido uno de los temas que más enorgullecen al presidente Rafael Correa. Sin embargo, el debate que ha abierto el alcalde de Quito, Augusto Barrera, sobre la necesidad de fijar una tasa a los combustibles para obras viales, dejan entrever que la capital de la República está a punto de entrar a una crisis de infraestructura pública. Y que esta comienza a generarle los primeros estragos políticos.
El Gobierno dice que para la reconstrucción vial del Ecuador se invirtieron USD 3 450 millones. Es decir, 5 000 kilómetros de carreteras y 7,6 de puentes.Quito necesita USD 579 millones para 103 kilómetros de vías. Y como Barrera dice que el Gobierno se ha comprometido a financiar el 40% del metro y tres vías hacia el nuevo aeropuerto, no piensa ‘chantajear’ a Correa para financiar el resto de su plan vial.
Debido a que la ejecución del metro es un proyecto que no tiene un plazo definido, la explicación del Alcalde no tiene justificación para sus opositores. En una semana, Barrera se ha ganado las críticas de su ex contrincante Antonio Ricaurte, los comentarios indirectos de Jaime Nebot y las primeras protestas ciudadanas.
Ricaurte ha desfilado por los medios de comunicación. A su juicio, “(el Municipio) se ha convertido en el patio trasero de Carondelet”, pues no hay “un Alcalde que tenga firmeza en la decisión política. Para él, Barrera, en lugar de poner tasas a los combustibles, debe pedirle al Gobierno mayores recursos para vialidad.
“La capital contribuye con el 60% de los impuestos nacionales y solo recibe el 5% de las rentas”.
Nebot fue más diplomático en sus apreciaciones. Pero, en Ecuavisa, no dudó en asegurar que su Cabildo jamás recurrirá a medidas como estas.
Como nunca, en períodos anteriores, Alcalde y Presidente tienen la misma bandera política. Y de lo que se conoce hasta hoy, ambos tienen una fluida relación.
Es común ver a Barrera cruzarse la Plaza Grande y a Correa asistir a los actos importantes del Municipio. De hecho, el 9 de agosto, el Primer Mandatario estuvo en la firma del contrato del nuevo aeropuerto ya renegociado. Esta reunión se dio cuatro días después de que el Concejo instalara el debate sobre las tasas.
Pese a esta cercanía, Fabricio Villamar, edil de Concertación Nacional, ve que falta una mayor coordinación con el Gobierno.El escenario de las tasas desempolvó el libreto de protestas del MPD, partido que acusa a Barrera de querer meter la mano al bolsillo de los quiteños.
En los taxis y reuniones familiares es el tema del día. Mientras que para analistas económicos, como Pablo Dávalos esta medida pudiera ser un globo de ensayo frente a una futura eliminación del subsidio a los combustibles.Norman Wray, concejal por Alianza País y ex asambleísta constituyente, ha salido al frente de estas críticas. Para él, es un debate serio el que se realiza en el Cabildo y que el objetivo es buscar el financiamiento para cambiar el rostro vial de la ciudad.
Pero sus compañeros de bancada saben que aplicar tasas a los ciudadanos es un tema que trae cola política. De hecho, Elizabeth Cabezas y Patricio Ubidia le han pedido a Barrera mantener la idea de los peajes urbanos y las tasas a la matriculación. Pero no el de las gasolinas.
fakeFCKRemoveSi estos dos concejales se mantienen lejanos a Barrera, Villamar cree que el Concejo perderá consenso político. Marco Ponce, disidente de A. País, advierte que este tema puede debilitar la unidad que ha procurado Barrera en su gestión con los ediles.
Ricaurte dice que el problema del Alcalde va más allá del tema de las tasas. Ve desorganización, poca planificación y desconocimiento de leyes básicas como el Código Territorial.
Wray insiste en que Quito sí se vinculó al debate de este proyecto. Pero el ex alcalde y asambleísta Paco Moncayo da fe de que Barrera solo fue dos ocasiones a las reuniones de la Comisión, aclarando que el manejo que él ha dado al debate de las tasas refleja una profunda confusión.