Entrevista. John Otis. Corresponsal en Bogotá de Time Magazine y de Radio Pública.
Estamos entrando a una campaña electoral en el Ecuador. ¿Cómo se puede lograr que los candidatos debatan temas de fondo y no se queden en el discurso?
Muchas veces los medios se enfrascan en contar quién va adelante en las encuestas o las metidas de pata de los candidatos, cuando lo que debería hacer la prensa es enfocarse en temas más profundos. En Estados Unidos pasamos mucho tiempo, incluso hasta dos años antes de las elecciones, estudiando las propuestas y cómo sería el impacto de sus planes de gobierno.
Esto se entiende en democracias con dos tendencias partidistas muy bien definidas, como EE.UU., pero ¿qué pasa en países como Ecuador, en los que hay muchos candidatos y no hay partidos ideológicamente formados?
Eso se ve en muchos países de América Latina; porque son partidos de personas, no de ideas, y eso trae consigo muchas dificultades para la democracia.
¿Dificultades cómo cuáles?
En el Congreso, por ejemplo, porque es difícil formar una coalición cuando hay tantos partidos. Esto, además, se presta para la corrupción, porque el gobernante tratará de convencer a todos esos partidos de apoyar su programa.
Este tipo de hechos ya han sido develados por la prensa, pero ¿el Gobierno se ha dedicado a desacreditar a los medios para evitar entrar en el debate de estos casos?
Esa es una actitud preocupante, porque el acceso a la prensa es un derecho fundamental. Ese tipo de campaña no debería tener lugar. Yo creo que la mejor defensa para la prensa es hacer un muy buen periodismo y no meterse en sensacionalismos, que los periódicos sean independientes y que los periodistas toquen temas de interés, como políticas públicas.
Es decir temas de más interés de la gente
Sí, este es el fondo del tema. Es difícil ver más allá de la propaganda. En todos estos países de América Latina hay campañas de reelección y eso significa una campaña permanente. Creo que los medios prestan un servicio público a la gente metiéndose de fondo en temas de salud, educación, desigualdad. La gente quiere leer esos temas, porque afecta a su día a día. Y así, llegarán a extrañar a una prensa independiente y vigorosa si llegase a desaparecer.
Pero, ¿a la gente le interesa más si se construyó un hospital que si se planteó un juicio contra un periodista que afecta sus libertades?
Ese problema no es solo con la libertad de prensa, sino también con la separación de poderes. En Venezuela, por ejemplo, a mucha gente no le importa si Hugo Chávez tiene el control del Congreso, del Ejecutivo, de los jueces, de las entidades de control… Su preocupación es si tiene dinero para comer. Con tanta pobreza es muy fácil para un Gobierno llevar a cabo una campaña contra la prensa y tildarla de ser el enemigo.
¿Cómo se puede hacer para que la gente se interese por la falta de libertades o las restricciones a la información?
Es muy difícil y todavía no tengo una respuesta a esto. Yo creo que, como respuesta muy global, se debe tratar de mejorar el sistema educativo de estos países pobres.
HOJA DE VIDA
Su experiencia. Es periodista de Time Magazine y de Global Post. Ha cubierto los fenómenos sociales y políticos América del Sur desde hace ocho años. Está radicado en Colombia.