El Presidente marca el inicio de algunos juicios
Cada vez que el Presidente habla sobre un juicio, los jueces reaccionan con rapidez. Para muestra un botón: el sábado en su enlace, el Jefe de Estado pidió que se libere al bloguero Paúl Moreno, acusado de haber violado la seguridad del sistema Dato Seguro, al haber accedido a la información del Mandatario.
A los dos días, Moreno fue liberado, a pesar de que el Juez Primero de Garantías Penales de Chimborazo ordenara su prisión preventiva por 45 días, durante la audiencia de formulación de cargos que se realizó el viernes.
Esta no es la primera vez que algo similar sucede. El 9 de noviembre pasado, el presidente Rafael Correa visitó en el penal García Moreno a Roberto Sandoval y Omar Unda, ambos detenidos por el caso Cofiec, por presunto peculado por la aprobación del crédito de USD 800 000 al argentino Gastón Duzac.
Correa dijo que los dos hombres son “absolutamente inocentes, no tienen nada que ver con un caso muy grave”.
A las pocas horas, los jueces de la Tercera Sala Penal de la Corte de Pichincha anularon el juicio contra Sandoval y Unda, porque supuestamente hubo irregularidades en el trámite del caso.
Según Correa ha dicho, sus pronunciamientos no constituyen una intervención del Régimen en la justicia. “El Presidente no es solo jefe del Poder Ejecutivo, es jefe de todo el Estado ecuatoriano. El estado ecuatoriano es Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo, el Poder Judicial, Poder Electoral, Poder de Transparencia y Control Social, superintendencias, Procuraduría, todo eso es el Estado ecuatoriano. ¿Qué tiene de raro que el Presidente se reúna con legisladores, con miembros de la corte de justicia, para conocerse y brindar su apoyo? No tiene nada de malo. Por lo contrario tiene mucho de positivo. Pero ya hubo los mala fe que trataron de satanizar esta reunión”.
Según el ex magistrado de la extinta Corte Suprema de Justicia (CSJ), Fernando Casares, lo que sucede actualmente en la Administración de Justicia es “sumamente grave, porque la eficacia de la Función Judicial queda en entredicho. Si un juez actúa con temor ha perdido la calidad de juez, porque debe tener la suficiente entereza y resistir las presiones y no dejarse llevar por la presión, pero lamentablemente eso ocurre y es grave. Si el Presidente sigue un juicio contra alguien, pues esa persona será condenada; si el Presidente exonera a alguien, los jueces la absolverán”.
Pero algunos jueces actuales prefieren no hablar de su trabajo y afirman que no hay ninguna presión desde el Ejecutivo. Pero otros fuera de grabación reconocen que existe temor de ser reemplazados o enjuiciados penalmente por actuar en contra de los intereses o lineamientos del Gobierno.
Un ejemplo de ello son los jueces del Quinto Tribunal Penal de Pichincha, que absolvieron al coronel César Carrión de la acusación por el supuesto intento de magnicidio durante la revuelta del 30 de septiembre del 2010.
Precisamente, el caso contra Carrión se inició luego de que el Mandatario dispusiera su detención en el enlace sabatino del 23 de octubre del 2010. “Un teniente coronel de la Policía al Presidente trata de desmentirle y hacerle quedar como mentiroso... ¡Pedazo de majadero!”, dijo.