Periodistas nacionales y extranjeros vivieron una jornada en la que su tarea de informar estuvo limitada por la seguridad de la Corte Nacional de Justicia (CNJ) y de la Presidencia de la República.
Las restricciones comenzaron nada más se instaló la audiencia de casación, en el octavo piso del edificio ubicado en el norte de Quito. El juez ponente de la Sala Penal para este caso, Wilson Merino, ordenó que no se filmara la diligencia judicial.
Entonces, miembros de seguridad desalojaron a camarógrafos y fotógrafos de la tarima. A renglón seguido, se cerró una división modular y los periodistas impidiendo la visión de la audiencia.
De este modo, los periodistas quedaron prácticamente confinados en el salón contiguo a la sala principal. La puerta de cristal que pemitía el acceso de los periodistas al pasillo central estaba controlada por dos policías.
Ellos acataban las órdenes de la seguridad presidencial que coordinó sus acciones con Francisco Latorre, asesor del Primer Mandatario, quien también bajó a la calle para pedir a sus huestes que no causaran disturbios. Ellos resolvían cuando los cronistas podían salir al pasillo o al ascensor. Estuvo prohibido que la prensa esté detrás de las mámparas de cristal laterales en las que se podía ver a los protagonistas de la diligencia judicial.
[[OBJECT]]
Expectativa Internacional
La audiencia de casación generó expectativa entre los corresponsales de medios internacionales que cubren información en el país. Periodistas de las agencias como Reuters, AFP, AP y Efe transmitieron sus informes desde la propia Corte Nacional.
También estuvieron presentes los delegados de las cadenas regionales de noticias CNN en Español y NTN Noticias, con sede en Bogotá. También estuvo presente un representante de la nueva cadena iraní de noticias, al pendiente del desenlace del caso El Universo en Quito.
[[OBJECT]]