Bucaram, en la asamblea del 1 de abril, cuando se decidió el origen de su binomio. Foto: EL COMERCIO
Manabí, la tercera provincia en número de votantes en el país, se convirtió en un objetivo electoral mayor. Sobre todo a partir del terremoto del 16 de abril.
El oficialismo y la oposición se acusan mutuamente de usar su tragedia para conseguir apoyo para las elecciones generales del próximo año.
La decisión del Gobierno de poner al vicepresidente Jorge Glas a cargo del Comité de Reconstrucción y Reactivación (creado el 26 de abril) es para Abdalá ‘Dalo’ Bucaram, un claro intento de posicionar electoralmente su imagen.
Sobre todo porque es uno de los tres precandidatos que tiene el oficialismo. A Glas se lo ha visto en la firma de créditos de reactivación productiva y para rehabilitación de vías en Manabí, en actos de entrega de bonos y de viviendas para afectados, entre otros.
“Intentan de forma demagógica y politiquera capitalizar políticamente el desastre”, señala Bucaram, quien es el presidencial de Fuerza Ecuador. Pero él también quiere inyectarle un componente manaba a su proyecto político. Reconoció que su vicepresidente será de esa provincia. Fue una decisión, advierte, que se tomó desde antes del terremoto. Lo hicieron para que el vicepresidencial represente una causa: la de las provincias y cantones “que han sido excluidos de la inversión” en los anteriores gobiernos.
Para Xavier Serrano, presidente de la Comisión Electoral de Alianza País, es absurdo pensar que el Gobierno esté dando un uso político de la tragedia. Las decisiones tomadas son “un tema de sentido común” porque el Vicepresidente debía dirigir la reconstrucción, debido a su cargo. Además, era indispensable que quienes trabajaran en el Comité tuvieran conocimiento del territorio y hubieran vivido la tragedia en carne propia.
Esto en referencia a los funcionarios manabitas que fueron ubicados en puestos estratégicos para enfrentar la emergencia, 18 días después del sismo. Uno de ellos, el portovejense Carlos Bernal, que salió de la Secretaría del Agua para encabezar la Secretaría Técnica del Comité de Reconstrucción.
Pero Manabí siempre ha estado en la mira electoral de los partidos. Desde hace décadas, por la cantidad de votantes, como lo recuerda José Elías Sánchez, catedrático e historiador manabita. Ahora, agrega, se suma el componente del terremoto que dejó en evidencia una vulnerabilidad humana, económica y también política. Esto hace que “los ojos del Ecuador miren a Manabí con un potencial electoral”.
Según la encuestadora Cedatos, la estrategia del oficialismo mejoró el porcentaje de calificación del Gobierno y aprobación del Presidente. “El evento penoso del terremoto, de alguna manera, ayudó al Gobierno a recuperarse frente a la población. Sobre todo en la Costa donde se tenían índices del 30 o 35%. Ahora son superiores al 45%; hasta el 50% de la aprobación”, según Polibio Córdova, principal de la firma.
Pero podría tener un efecto contrario si en las siguientes etapas de la emergencia no se logra llegar de forma adecuada a las personas.
De todos modos, el Gobierno parte de una ventaja frente a la oposición. “Cuenta con todo un aparato estatal respondiendo a las personas de Manabí”, comenta el analista político David Chávez.
El uso electoral no tendría asidero si se evidencia desesperación para incluir a Manabí en las propuestas de los partidos de oposición.
En el país se piensa, según Sánchez, que tal vez es mejor tener un candidato a la Presidencia o Vicepresidencia que sea de la provincia para que precisamente pueda continuar con la atención.
Eso está en los planes de Creo, de Guilermo Lasso. Se analiza la posibilidad de que su binomio presidencial sea de la zona afectada, aunque no es su única opción, aclara César Monge, presidente de Creo.
En Pachakutik, luego del sismo, también se incorporó en la lista de precandidatos a la Presidencia a Patricio Zambrano, un manabita que representa al pueblo montuvio.
La tendencia se repite en una organización aún sin personería jurídica, Movimiento Alianza Estratégica. Si logra su inscripción en el Consejo Nacional Electoral, planea poner como su binomio presidencial a un manabita.
Si no consigue su objetivo buscará una alianza con otra tienda para que alguno de sus opcionados corra en las elecciones con su auspicio. Entre ellos los manabitas Lucía Fernández, Jaime Estrada, Guido Carranza, Trajano Andrade…
En el movimiento SUMA, el alcalde Mauricio Rodas dejó de aparecer públicamente en las reuniones de la Convergencia Democrática por la Unidad, a pesar de ser uno de sus fundadores. En su lugar está el manabita Guillermo Celi, quien encabeza las negociaciones políticas. Esto incluye la plataforma Compromiso Ecuador, de Lasso.
Cuando se propuso la Ley de Solidaridad, que entre otras medidas dispuso el incremento de 2 puntos al Impuesto al Valor Agregado (IVA), señaló que Manabí debía convertirse en una zona especial tributaria, para evitar un “paquetazo”.
Y Paúl Carrasco, prefecto de Azuay y posible precandidato de la Unidad, cuenta con el respaldo del Pueblo Montuvio del Ecuador, que tiene miembros manabitas. El grupo lo promocionó semanas pasadas como un posible presidencial, aunque él aún no ha aceptado la propuesta.