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Un total de 47 partidos y movimientos fueron eliminados del registro electoral por decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE), el pasado 31 de octubre. Solo siete de ellos han impugnado esta decisión.
Los dirigentes de esos movimientos aseguran que la decisión del CNE fue tomada por no participar en uno de los dos últimos procesos electorales, e incluso en ambos. Su impugnación se basa en que se debería aplicar la decisión si no hubiesen participado en dos elecciones similares, y no en un proceso de elección presidencial y otro de gobiernos locales, como les ocurrió.
De concretarse la medida, los partidos y movimientos se reducirían de 278 a 231.
Los partidos que impugnan son: Adelante Ecuatoriano Adelante (AEA), Movimiento Salud y Trabajo (MST) y Movimiento Emergente de Transparencia y Acción (META), los dos últimos de Guayas; Vive y Movimiento Acción Social y Solidaridad, de Pichincha; Movimiento Fuerza Amazónica, de Morona Santiago, y el Movimiento Renacer Peninsular, de Santa Elena. El pleno del CNE debe conocer las impugnaciones y resolver si es pertinente este argumento, pero aún no hay fecha.
Luis Serrano, director del movimiento Salud y Trabajo, tiene una figura de camello en la oficina central, en Guayaquil. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
AEA participó en las elecciones generales del 2017 y en las seccionales del 2019. Los resultados no le favorecieron. Este año no logró ninguna prefectura, tampoco alcaldías. Hace dos años no presentó candidato presidencial y no captó curules para la Asamblea.
Sin embargo, Álvaro Noboa renunció a la intención de buscar la Presidencia con el ánimo de buscar la unidad en oposición al correísmo. En la segunda vuelta anunció que votaría por Guillermo Lasso.
Wilson Sánchez, director de AEA, cree que hay un vacío legal porque, a su criterio, para eliminar una organización nacional se debe tomar como fuente el resultado de dos elecciones similares consecutivas, es decir dos seccionales y no una seccional y una general. “Son dos escenarios distintos”.
El META, que nació en abril del 2014, busca mantenerse en el registro electoral con una impugnación. Aunque no participó en el 2017 ni en el 2019, tuvo candidato a la Prefectura de Guayas, con Miguel Palacios, y a las alcaldías en al menos seis cantones.
Su director, Alfonso Harb, impugnó la decisión amparado en la resolución que devolvió la vida jurídica a Ruptura del 25, el movimiento de la ministra de Gobierno, María Paula Romo, porque había sido eliminado por haber participado solo en una de dos elecciones.
Señala que actualmente no existe reglamento o norma para eliminar a un movimiento por no participar en un proceso electoral. Y el CNE transitorio resolvió “que ningún partido puede ser eliminado por una norma que no exista”.
En el proceso electoral presidencial del 2017 respaldó a Guillermo Lasso. Y al ser un movimiento provincial vio innecesario participar para asambleístas, porque “era un suicidio poner candidatos”. Actualmente ya hace recorridos con el expresidencial de Creo para su tercera carrera.
En el 2014 también nació MST. Un año después comenzó a sumarse en las calles a los grupos de oposición a las enmiendas constitucionales del gobierno de Rafael Correa. Hasta que en el 2017 fue uno de los movimientos locales que sumó Lasso como respaldo en la lid que ganó Lenín Moreno. Para los comicios del 2019 apenas alcanzó el 0,20% de los votos. Su director, Luis Serrano, recuerda que participó en 15 cantones con postulantes a alcaldes: seis en alianza con Creo; uno con el partido de Noboa y 15 solos.
“Cómo no voy a estar indignado, si nos pasamos tres años recolectando firmas y entre gallos y medianoche resuelven eliminarnos”. Dice que tiene más de 38 000 adherentes que esperan que haga un cambio en la política local.
En Pichincha, uno de los movimientos que busca mantenerse es Vive, del exconcejal Antonio Ricaurte. Esta organización se inscribió en el 2012. En los comicios del 2014 hizo una alianza con SUMA, para apoyar la postulación de Mauricio Rodas a la Alcaldía. Ricaurte, en cambio, encabezó las listas de concejales en un distrito de la capital.
Mario Granda, concejal de Quito y presidente del Movimiento Vive, calificó a la resolución de irresponsable, pues su organización ha obtenido más del 3% de votación requerida para mantenerse como movimiento local. “El análisis nuestro es que jamás se nos ha sacado una ‘tarjeta amarilla’ y, peor aún, estamos en condiciones de ser eliminados”.
En contexto
Se elimina una organización si no alcanza el 4% de votos en dos elecciones pluripersonales consecutivas, o si no logra al menos tres asambleístas, o el 8% de alcaldías. También debe alcanzar al menos un concejal como mínimo en el 10% de cantones.