En la parte sur del Palacio Legislativo está la sala del Pleno de la Asamblea; al norte, la del ex Senado que hoy se llama salón José Mejía Lequerica. Entre una y otra hay una distancia de 30 metros y una puerta de vidrio que las separa. Cada uno de esos lugares tuvo misiones distintas ayer.
Mientras en el Pleno de la Asamblea los legisladores de Pachakutik intentaban inútilmente incorporar en el orden del día el caso de Cléver Jiménez, las medidas cautelares otorgadas a su favor por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la principalización de su alterno, Milton Gualán, en la otra sala, se le cantaba el cumpleaños feliz a Carlos Ochoa, superintendente de la Información y Comunicación (Supercom).
Ochoa estaba allí para participar en las primeras jornadas de reflexión sobre “La discriminación en los medios de comunicación y el ejercicio de derechos“. La fecha no podía ser más precisa. La asambleísta de Alianza País, Alexandra Ocles, celebraba esa coincidencia. “Los astros se juntan. Coincidieron hechos significativos que han sido altamente comentados”. Ella denunció al entrevistador de Ecuavisa, Alfredo Pinoargote, por usar, supuestamente, palabras discriminatorias hacia homosexuales y afrodescendientes.
El foro también coincide con la sanción al diario Extra por usar a la mujer en “una pose sexual y denominarla con un término animal”, según Ochoa.
También está prevista una audiencia contra el periodista radial Diego Oquendo. Él fue denunciado por Sandra Correa, exministra de Abdalá Bucaram, por linchamiento mediático, una de las figuras polémicas de la ley de medios.
Para Ocles, esa ley y todas las sanciones administrativas no tienen como finalidad clausurar medios, sino que es así como se debe educar. “El afán (de esta ley) no es ser punitivo, sino recurrir a herramientas pedagógicas para reeducarnos y para no seguir permitiendo la vulneración de los derechos”.
Ochoa, en cambio, dijo que el Extra “puede decir lo que desee, precisamente para eso es la libertad de expresión“. Pero “cuando transgreda la ley, encontrará a la Superintendencia, al menos mientras yo esté ahí”.
En la otra sala, la del Pleno de la Asamblea, ante la imposibilidad de abrir el debate sobre el caso Jiménez, los cuatro asambleístas de Pachakutik (Lourdes Tibán, Pepe Acacho, Magaly Orellana y Gualán) dejaron la sesión. En el pasillo, los tres recomendaban a Gualán insistir ante la prensa en que se mantenía como alterno. Juntos se tomaron una foto, momento propicio para que Tibán desatara su sentido del humor, “esperen, esperen, me pongo en pose para el Extra”.
Tras ellos salieron cinco asambleístas de Creo para solidarizarse, a la distancia, con Jiménez y para anunciar que el sábado darán a conocer las acciones jurídicas que tomarán en contra de la jueza Lucy Blacio, quien tramitó el caso, supuestamente, violando la inmunidad de Jiménez.
Mientras la oposición se quejaba de no ser escuchada; en el salón del ex Senado, el oficialismo tenía todos los micrófonos para cuestionar el papel de los medios privados.