En ocho minutos, los cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) concedieron un nuevo respaldo a Ecuador, en relación con las amenazas de Reino Unido a Ecuador, luego de que se concediera el asilo diplomático al fundador de Wikileaks, Julián Assange.
A las 15:22 se inició la reunión. Ali Rodríguez, secretario general de la organización advirtió que la reunión sería corta, de unos 20 minutos. Enseguida dio inicio a la lectura del texto de resolución, con siete puntos, que puso a consideración.
“1. Manifestar su solidaridad y respaldar al Gobierno de la República del Ecuador ante la amenaza de violación del local de su misión diplomática.
2. Reiterar el derecho soberano de los Estados de conceder asilo
3. Condenar enérgicamente la amenaza del uso de la fuerza entre los Estados, así como reiterar la plena vigencia de los principios consagrados en el Derecho Internacional, el respeto a la soberanía y el fiel cumplimiento de los Tratados Internacionales.
4. Reafirmar el principio fundamental de la inviolabilidad de los locales de las misiones diplomáticas y oficinas consulares y la obligación de los Estados receptores, en relación a lo establecido en la convención de Viena de 1961 sobre Relaciones Diplomáticas y la Convención de Viena de 1963 sobre Resoluciones Consulares.
5. Reafirmar el principio de Derecho Internacional en virtud del cual no puede invocarse el derecho interno para no cumplir la obligación de carácter internacional, -como así está reflejado en el artículo 27 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de 1969.
6. Reiterar la vigencia de las instituciones del asilo y del refugio para proteger los Derechos Humanos de las personas que consideren que su vida o integridad física se encuentra amenazada.
7. Exhortar a las partes a continuar el diálogo y la negociación directa en procura de una solución mutuamente aceptable con arreglo al Derecho Internacional”.
A las 15:30, Rodríguez terminó la lectura con un apretón de manos entre los cancilleres, culminando la cita.
Posteriormente, Ricardo Patiño, aseguró que “la razón no pide fuerza”.
Esta muestra de apoyo se produce un día después de que la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, ALBA, emitiera una declaración oficial del IX Consejo Político, en la cual condenó las amenazas intimidatorias proferidas por voceros del Gobierno de Reino Unido de Gran Bretaña.
La postura de esos países surgió luego de que Ecuador concediera el asilo a Julián Assange, fundador de Wikileaks.
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Esta cita se desarrolló el mismo día en el cual Assange apareció en público, tras dos meses de permanecer en la Embajada de Ecuador en Londres.
“Agradezco al presidente Correa por la valentía que ha demostrado al tomar en consideración y concederme asilo político”, dijo Assange desde un balcón de la embajada en su primera aparición pública desde que Ecuador le otorgara asilo el jueves.
En su breve discurso, Assange también se refirió a la reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA) prevista el 24 de agosto en Washington.
“Quiero dar las gracias a los gobiernos de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, Honduras, México, Nicaragua, Argentina, Perú, Venezuela y a todos los demás países de América Latina que han salido en defensa del derecho de asilo ” , dijo.
A su vez, el australiano solicitó al presidente estadounidense Barack Obama abandonar la “caza de brujas contra WikiLeaks”.
Estados Unidos declaró el viernes que no reconoce el asilo diplomático que Ecuador concedió a Assange pues “ no forma parte de la Convención de 1954 de la OEA (Organización de Estados Americanos) sobre el Asilo Diplomático ” .
Assange, de 41 años, es requerido por la justicia sueca por cargos de agresión sexual que él niega haber cometido, y teme que una vez en Suecia sea trasladado a Estados Unidos donde es requerido por espionaje tras haber revelado en su portal cientos de miles de cables secretos diplomáticos y de actividades militares.
El ex juez español Baltasar Garzón, abogado del fundador de WikiLeaks, aseguró este domingo que espera una “respuesta formal” británica a la petición de salvoconducto para que su defendido pueda salir del país.